Entrenamiento

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Capítulo 5
La noche era cálida, habían pasado tantas cosas en un solo día. No había noche en la que no soñara con Theo y la gente muerta sobre el suelo, sus charcos de sangre y sus heridas de muerte. No era una imagen bonita después de todo. No podía dormir, de nuevo, pensaba en todo y en nada a la vez. ¿Habría estado bien decirle a Theo que mañana comenzará a entrenarme para ser una persona capaz de acabar con la vida de los demás?, sin derecho alguno, ni autorización. Tal vez no, o tal vez si, había tantas cosas buenas como malas, claro que las malas predominaban. El timbre sonó y baje rápido a abrir la puerta, desde que mi madre salió de viaje, no la he visto aparecer en casa y la verdad, dudo que lo haga

—Hey, lista para tu entrenamiento. — Hablo un Theo fresco, recién salido de una ducha con su cabello aun destilando agua y su piel brillando

—Supongo

—Entonces vamos

—Bien, seguro que podremos pasarnos la clase de la profesora Calaghan, la cual es un fastidio—Interrumpió Theo

— ¿De qué hablas?—Frunció el ceño— No iremos a clases.

— ¿Qué? ¿Acaso hablas enserio?

—Bueno, creo que nunca eh hablado más enserio en toda mi vida. Andando

Me subió a su moto, a pesar de que solo la había montado una vez, ya me parecía tan familiar como para subirme a ella sin preocupación alguna. Ajuste mis manos en su perfecto y esculpido abdomen. Si pudiera deducirlo, una pequeña sonrisa atravesó los labios de Theo al sentir mi tacto. Manejamos sin rumbo alguno, a través de la vacía carretera. Cualquiera que supiera el pasado y presente de Theo, estaría asustada y temerosa del destino al que estuviera por llegar, pero a pesar de lo que Theo es, aún tengo un poco de confianza en él; él lo dijo, yo soy la última persona a la que dañaría

Después de unos minutos, llegamos a lo que tal vez es, un parque abandonado. Aun se ven algunos juegos de metal oxidados y sin algunas piezas, el césped esta amarillento y seco y no hay ni una pizca de probabilidades de que alguien haya asistido a él en los últimos años. Theo bajo una maleta negra  de la parte trasera de la motocicleta, la dejo caer sobre el suelo y estiro sus manos sobre su cabeza. Se veía tan guapo

— ¿Qué hacemos aquí Theo? — Pregunte, a pesar de que la respuesta era más que obvia

— ¿Querías entrenar no?, pues bienvenida a tu campo de entrenamiento

Sonreí, no sé porque. Me parecía divertida la idea de el entrenándome a mí. Abrió el zipper de la maleta y saco dos pistolas de ella, eran delgadas pero anchas y parecían algo pesadas, jalo un pequeño gatillo y ajusto algo dentro de ella, lanzo una al aire hacia mí. Abrí mis brazos lo más extendidos que pude y alcance el arma en mis manos antes de dejar que esta cayera el suelo, Theo rio.

—Tengo el presentimiento de que todo lo que hago, por alguna razón te causa risa. — Hable sin siquiera verlo, concentrándome en el arma. El volvió a reír.

—Aunque no estuve de acuerdo al principio de esto, ni lo estoy aun. Quiero que sepas que es un honor entrenar a alguien como tú para ser alguien como yo

Sonreí tontamente, incluso podrían verse dos corazones tapando las pupilas de mis ojos, claro, si eso fuera posible.

—No veo cual era ni cuál es el problema, sin embargo, es un honor para mí también tenerte como maestro

—Eso es Halagador. — Sonrió. — Bien, lo primero que debes saber es el peso y el tipo de arma que llevas entre tus manos, así es más fácil identificar si el oponente o enemigo, es un blanco fácil o difícil

Cuatro (Theo James y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora