Escape

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Capítulo 6

Tuve una buena noche. Me pareció una eternidad desde cuando estaba siendo perseguida en el callejón y Theo me salvó. Aunque sabía que no había sido una eternidad. Theo y yo cenamos en casa, en ese momento sentí un incierto dolor albergado en mi pecho, como si fuera a tratarse de la última vez que lo vería, como si él fuera a irse. No estaba segura de eso, pero a veces aunque crea estar equivocada, no puedo haber estado más en lo cierto. Era importante. Ahora él era importante

—Aun debes de entrenarme— Le dije mientras veíamos televisión

—Lo sé, no lo he olvidado. Solo deja que todo este desastre acabe y prometo que terminare de entrenarte

—Seguro

Lo miré a los ojos, parecían más marrones de lo usual. Tenía un poco de barba creciendo en direcciones irregulares, se veía tan varonil, tan guapo. Aparté mi mirada antes de que pudiera siquiera notarla y se centró en algún punto muerto de la habitación

—Supongo que iremos a clases mañana, ¿no es así?— Pregunte

—Si así lo quieres

—Creo que es lo correcto, ya hemos faltado hoy y ayer

Cruzo sus brazos sobre su pecho y asintió con la cabeza— Yo no iré

— ¿Por qué?— Apreté los labios

—Tengo más problemas de los que imaginas, no puedo volver a clases como si nada hubiera pasado

No dije nada. Tenía razón. Pasaron unas cuantas horas más y Theo tomó las llaves de su moto. Caminé hacia la puerta con él y nos detuvimos antes de salir por completo de ella

—Si la policía te pregunta si me conoces, y eres cercana a mí, miente. Diles que no tienes nada que ver conmigo. Es lo mejor que podrías hacer. No les digas que me conoces, te veo pronto Killer— Dando un beso en mi frente. Sonreí. Me había llamado por el apodo que yo misma me había puesto

—Seguro—Tan pronto como se fue. Trate de hacer que mi mente olvidara todo lo sucedido, no era buena mintiendo. Nunca lo había sido.

Subí a mi habitación a tomar una siesta. No sé cuántas horas estuve dormida pero creo que era ya de día. Escuché la puerta abrirse, y cerrarse. Salí de mi habitación y bajé las escaleras. Mi cabello se puso de punta, la policía estaba aquí, dentro, en mi casa. Lentamente, regresé y corrí hacia mi habitación. Tomé mi teléfono, mis llaves y mi chaqueta. Me congelé y escuché en las escaleras, todavía estaban ocupados revisando abajo. Cerré mi puerta en silencio. Hice algo de ruido, poco, pero ellos aún estaban distraídos abajo. Fui hacia la ventana para mirar que estaba ocurriendo, había patrullas afuera, en frente de mi casa. No había nadie dentro de ellas, qué suerte. Pero, ¿Por qué demonios están investigando mi casa? Decidí no correr el riesgo y salí por la ventana, lentamente me agarré del árbol que estaba a un lado de ésta, me subí con cuidado alrededor de una rama, y cerré la ventana. Bajé lentamente, y entonces, escuché la puerta de mi habitación abrirse. Inmediatamente, me quedé paralizada. Pero no me iban a descubrir. Me convencí de que no me iban a atrapar. Estaba agarrada al árbol y me dolía los brazos por la fuerza para evitar caerme. Casi estaba llegando al suelo, mi corazón latía cada vez más rápido, y en ese momento, de reojo, vi a un policía salir de mi casa. Me quedé congelada. —Oh no—. Pensé. El sujeto era muchísimo más alto que yo. Se acercó a la patrulla y habló por su walkie talkie. Tenía que moverme de donde estaba o me podrían ver. Me imaginé lo que el policía iba a ver, una chica pegada a la pared como tal intrusa. Rápidamente salté, sin pensar en nada más. Caí en cuclillas, lo hice. Me senté detrás de los arbustos, en el césped, respiré profundo y traté de relajarme. Me asomé entre los arbustos y vi los pies de los policías caminando hacia dentro de mi casa. Lentamente me agaché y me fui corriendo por la calle. Me mezclé entre las personas que estaban ahí, como una inocente espectadora que veía cómo los policías trabajaban. Me di la vuelta y comencé a caminar, sin idea a donde ir. ¿Qué pasaría si me hubiera quedado ahí? ¿Qué hubieran hecho conmigo?  Mientras caminaba lentamente, giré hacia mi derecha, para encontrar ese cabello rubio tan familiar. Era Clayton. En cuanto giro su cabeza hacia mi corrió y me estrujo entre sus brazos.

Cuatro (Theo James y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora