OUR LIFE; 2

23.

Narra Charlie

Con todo el tiempo que hemos pasado separados, aprendí a ser más independiente, pero no haber podido hablar con Sofía anoche, me había hecho estar un tanto inquieto. ¿Qué estaría haciendo? ¿Se lo estaría pasando bien sin mí? No, no creo. Ella nunca me mentiría y además, estoy seguro de que a ella le gusta que le llame... ¿Verdad?

Para ser sincero, me había sorprendido que hubiera dicho que le gustaba mi voz. Quiero decir, ¿cuántas veces me ha dado un piropo? Sin embargo, hice como si me lo esperaba y me "burlé" de ella, y no estoy seguro porqué. Pero sí sé que ella usó la misma técnica porque después retiró lo dicho.

Durante el día sentí la necesidad de volver a llamarla, pero siempre me recordaba que Sofía dijo que ella me llamaría. Pero, ¿y si se olvidaba? ¿Y si estaba esperando a que yo la llamara? Mis pensamientos me mareaban, pero salí de aquella tormenta al oír mi teléfono sonando sobre mi cama.

Salté sobre ella en plancha esperando que fuera Sofía la que me llamaba y atendí el teléfono.

-¿Hola?

-Charles soy Sofía -dijo una voz suave y dulce al otro lado de la línea.

-¿Charles? Sofía, ¿que te has tomado para desayunar? ¡Me llamo Charlie, no Charles! -exclamé tras una carcajada.

-Ya lo sé, era una broma. ¿Te acuerdas cuándo te llamabas "Charlie el Malote"? -preguntó tras una gran carcajada.

Aquello me seguía dando vergüenza. ¿En serio, Charlie del pasado?

-¿Y tú te acuerdas cuando te querías casar con Brandon? -contraataqué.

-¡Eso no es cierto! -dijo enfadada, a lo que solté una carcajada porque me causaba risa hacerla rabiar-. ¿Y tú recuerdas cuando te gustaba Jessica?

Había descubierto que Sofía ya no era tan buena contraatacando como antes.

-Hm sí, Jessica... -fingí pensar en alto-. No sabes lo mucho que Jessica me quería...

-¡Cállate! -me ordenó Sofía, a la vez que sentía como se sonrojaba a pesar de no estar frente a frente.

-¿Celosa? -pregunté con tono arrogante, me intrigaba lo que respondería.

-No -se limitó a contestar.

-¡Vamos Sofía! Me apuesto lo que sea a que estás más roja que un tomate ahora mismo.

Hubo un corto silencio, pero finalmente Sofía se dignó a responder.

-Eso no lo puedes saber -aclaró bastante seria.

-Claro que sí puedo -dije con tono de estar retándola.

-Sí, claro -respondió sarcásticamente-. Dime cómo, entonces.

Temía que lo que respondiera no le gustara, pero no tenía nada que perder.

-¿Skype?