36.

400 49 16
                                    

[Esto ocurre el mismo día que el capítulo anterior, cuando Charlie llega a Madrid]
Narra Sofía

Abrí los ojos.
Me encontraba acostada en mi cama, cubierta de sábanas. El sol me daba directamente en la cara, por lo que coloqué una mano sobre mis ojos y me senté. De repente me acordé:

-Es mi cumpleaños.

La felicidad empezó a esparcirse en todo mi cuerpo y encendí mi teléfono para ver si Charlie me había mandado algún mensaje. Me desanimé al ver que no me había felicitado aún, pero decidí sonreír, no dejaría que aquello estropeara mi día. Además, seguramente tendría una buena razón.

Bajé las escaleras, dirigiéndome a la cocina con una sonrisa. Mis padres la habían decorado con globos y confeti. Mi madre estaba terminando de colgar unos globos en la pared y mi padre, colocando platos sobre la mesa. Cuando notaron mi presencia, ambos se giraron y empezaron a cantarme "Cumpleaños Feliz".

-¡Feliz cumpleaños a la mejor niñita del mundo! -exclamó mi madre felicitándome y dándome un abrazo.

-Gracias mamá -contesté en un tono neutro.

Realmente estaba jovial, pero nunca se me había dado bien agradecer felicitaciones o piropos. Me hacían feliz, pero a la vez no sabía cómo reaccionar. No puedo ser la única que encuentra las llamadas de feliz cumpleaños extremadamente incomodas.

-Feliz cumple, pequeña -me dijo mi padre despeinándome-. ¡Mira! Hemos decorado la cocina y todo para la ocasión.

-Ya veo -sonreí-. ¿Y para qué son todos estos platos?

-¡Tarta de cumpleaños para desayunar! -exclamó mi madre, mientras sacaba del frigorífico la mejor tarta que había visto en mi vida.

-¿La has hecho tú?

-¡Sí! ¿Te gusta, cielo? -preguntó mi madre con una sonrisa.

-¿¡Qué si me gusta!? ¡Me encanta! ¡Muchísimas gracias!

Mis padres me volvieron a abrazar una vez más mientras yo admiraba aquella obra de arte. La tarta era de dos pisos y redonda, de color azul celeste y los bordes con una crema de color blanco, simulando encaje. En la parte más alta, mi madre había escrito "¡Feliz cumpleaños, Sofía!" con la misma crema blanca. La tarta era de chocolate y he de decir, que estaba deliciosa.

Me fui a la sala de estar, me senté en un sillón y cogí mi móvil nuevamente, esperando un mensaje de Charlie. Sin embargo, no había nada. ¿Y si se había olvidado de mi cumpleaños? ¿Y si se había olvidado de mí? ¿Y si estaba haciendo cosas más divertidas con otra chica? De repente, me encontraba en una tormenta de pensamientos de la que no salí hasta muchos minutos tarde, cuando mi madre se sentó al lado mío.

-¿Todo bien, hija? -preguntó preocupada, mientras acariciaba mi pelo.

-Sí, no es nada -mentí mirando al suelo.

-¿Segura? Sabes que te conozco, a mí no me puedes engañar.

-Charlie -me limité a contestar.

Mi madre oprimió una sonrisa por alguna razón que no llegué a comprender. ¿Había algo que le hacía gracia?

-Tranquila, Sofi -dijo dándome un abrazo-. Te prometo que hoy te lo vas a pasar genial.

Mi madre se levantó y se fue a recoger la cocina junto a mi padre, dejándome confundida con mis pensamientos. Confié en sus palabras y traté no pensar en ello. De hecho, estaba bastante bien hasta que mi padre me dijo:

OUR LIFE; 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora