OUR LIFE; 2

29.

Narra Charlie

Fue una gran sorpresa ver el e-mail de Sofía. Para ser sincero, no me esperaba que respondiera. No me podía creer que las cosas iban de maravilla. Y tampoco me podía creer que yo le gustaba a Sofía desde hace mucho tiempo. Siempre pensé que era el típico idiota que iba tras una chica mientras esta última lo ignoraba... Pero, afortunadamente, me equivocaba.

Siempre me había gustado almorzar con mi familia, para mí era un sentimiento agradable. Todos nos reuníamos, hablábamos y contábamos nuestras historias mientras nos metíamos comida en la boca. Si hay un día en el que mi padre no cuente las mejores historias, o mi madre se queje de su trabajo, algo está pasando.

Hoy había ayudado a mi madre a cocinar espaguetis con salsa de carne. A decir verdad, tengo la impresión de que no me quedó muy bien, pero era eso o morirse de hambre.

-Charlie, cariño, ¿y tú que has estado haciendo? -preguntó mi madre.

-Nada -respondí.

-¿A parte de estar en tu habitación con el portátil todo el día? -añadió mi padre.

-Sí, bueno... -dije mientras me llevaba unos espaguetis a la boca-. He estado hablando con gente. Ya sabes James...

-James, ¿y quién más? -preguntó mi madre.

Me restregué la cara con las manos, de verdad que no quería explicar nada. Sofía era como mi secreto, mi pequeño y bello secreto que me negaba en compartir. Pero al fin y al cabo, eran mis padres, algún día tenía que contárselo.

-James y una chica, no he estado hablando con nadie más -contesté.

Mi padre me miró con una sonrisa, se rió y siguió comiendo. Mi madre hizo lo mismo, solo que no dejó de mirarme.

-Es una amiga, no gran cosa -contesté nervioso.

-Conque una amiga, ¿eh? -sonrió mi padre para después guiñar un ojo.

-¿Cómo se llama tu amiga, cariño? -preguntó mi madre.

Lo estaba pasando realmente mal, fatal. Me volví a restregar la cara con las manos e intenté mantener la paciencia.

-Se llama... -comencé a decir, pero al pensar en su nombre, me acordé de que habíamos quedado en hacer Skype.

Miré la hora y de repente empecé a sudar.

-¿Todo bien? -preguntó mi madre.

-Sí, yo... -miré mi plato, lleno de comida-. Lo siento mucho pero me debo ir, un momento.

Me levanté de la mesa y fui corriendo a mi habitación. Encendí el portátil a la vez que me tiraba a la cama y abrí Skype. Sofía me había llamado un par de veces.

-Oh no, no, no, no... ¡No!

Empecé a llamar a Sofía, bastante nervioso. Al pasar unos cuantos segundos, Sofía contestó la llamada.

-Charlie te he estado llamando un montón de veces. ¿Qué...? -empezó a regañarme, pero me miró detenidamente y se empezó a reír-. ¿Me vas a explicar por qué estás empapado en sudor y tienes la boca llena de salsa?

-Hm... -reí nervioso.

-x-

¿Alguien quiere que le dedique un capítulo? 7u79