Narra Charlie
Solo ha pasado una semana desde que me fui de Madrid y ya quiero tener a Sofía a mi lado, abrazarla. Es extraño, sin duda, volverse a encontrar con ella después de tanto tiempo. Aún recuerdo el día que me fui por primera vez, el día que abandoné no sólo mis amigos, mi casa, mi infancia, pero también a Sofía. Era evidente que extrañaba cuando éramos pequeños unos escribíamos cartas en su diario, cuando no pensábamos en el futuro pero en el presente.
Cuando estábamos al lado del otro, nos levantábamos y nos dábamos ánimos.
Cuando cada día era una aventura con ella.
Era raro, sin duda, porque yo nunca extrañaba a James como lo hacía con Sofía. Sabía que podía ver a mi mejor amigo en cualquier momento, pero a Sofía la necesitaba y tenía miedo de perderla. Aquel sentimiento siempre estaba en mi cabeza enterrado, sabía que no iba a perderla, que ella no haría eso, pero no era un temor por que no me hablara, si no más bien mis ganas de estar con ella.
Abrí mi mochila para sacar mi móvil. Aquella mochila era la que llevé a Madrid. Tantos sentimientos había enterrado en ella, y tantos me acompañaron en el viaje. Abrí el bolsillo de delante, y sin ver cogí algo rectangular. No se sentía como mi móvil, era más grande y pesado. Decidí dirigir mi vista hacia aquello, y mis ojos no creían lo que veían; el diario de Sofía.
Lo había estado guardando todo este tiempo. Lo metió en mi mochila y no me lo había dicho.
Sentí la felicidad recorriendo todo mi cuerpo, desde la punta de los pies hasta mi cabeza. Sentía como si pudiera volar, saltar tan alto como las nubes y levantar el peso más pesado en el planeta. Aquella era mi alegría, pero manifestada de manera distinta. Aquella era una emoción escalofriante, en el buen sentido, algo que no sentía desde... Desde que escribía cartas con Sofía.
Lo abrí con nostalgia, pero con gran euforia. Quería recordar todo aquello, quería saber qué pasaba por nuestras mentes en esos momentos. Pero algo me llamó la atención.
Había un sobre pegado en la parte de atrás del diario.
No sabía qué hacer primero: leer el diario o abrir el sobre. Sin embargo, aquella pequeña discusión interna acabó rápidamente, ya que el saber que Sofía había sido la que había pegado el sobre y que probablemente había algo en él, hacía que la intriga me comiera por dentro completamente.
Así que lo hice. Abrí el sobre.
"Querido Charlie,
¿Te suena de algo esto? Si no, te voy a refrescar la memoria, pequeño Charles.
El día que te fuiste, dejaste el diario conmigo, pero con una carta. Cosa que, por cierto, no me esperaba para nada. ¿Pero alguna vez te he dado, realmente, las gracias? Podrás pensar que me refiero a el hecho de que hayas escrito una carta, pero no es lo que tengo en mente.
Gracias. Gracias por tener la paciencia de sacar a la pequeña y amargada Sofía de su burbuja de malcriadeza y egoísmo. Parece tan cliché, y tan imposible, pero te puedo garantizar que sin ti, hoy no sería la misma. Probablemente sería igual de amargada y seca, que bueno, aún lo sigo siendo un poco. Pero ey, al menos no odio a la raza humana.
Bueno, no completamente.
Gracias. Gracias por darme la alegría que hace de batería en mi día a día. Solo recordando o leyendo el diario, se me forma una sonrisa en la cara. Hemos cambiado tanto, Charlie, pero a la vez seguimos siendo los mismos. Siempre eres tú el que piensa en mí, el que se preocupa por mí.
De pequeña a veces fantaseaba secretamente en tener a alguien, no me importaba quién, amigo o novio, que me quisiera y me ayudara de la manera que lo haces tú. A lo mejor no lo veías en aquel tiempo, pero odiarte era mi manera de quererte. No te culpo por no haberlo visto. ¡Qué niña más curiosa era!
Me encantaban tus cartas en las que me decías todo tu conocimiento sobre el mundo y la filosofía. Era tan asombroso. Ojalá algún día me sigas contando todo lo que sabes, eres un maldito genio.
Gracias. Gracias por aguantarme estos años, por no rendirte. Gracias por ser mi mejor amigo, para luego convertirte en mi mejor... Mejor todo.
Cada día me asombras más, cada día me haces más feliz. Siento que algún día, no muy lejano, podremos estar siempre juntos, y no sólo hablando a través de una pantalla.
Te lo agradezco todo. Puede que tú no lo veas así, ¿pero cuál es tu necesidad de quererme? No tiene por qué hacerlo, al fin y al cabo, hay gente más inteligente o con más dinero que yo. No obstante, en ti siempre he visto algo tan especial, que es complicado de explicar. Tú siempre ves más allá de todo aquello, de todo lo superficial. Pero incluso eres capaz de ver más allá en una persona, tal y como hiciste conmigo.
Te pido POR FAVOR, que nunca te infravalores. Me da igual lo que ocurra de ahora en adelante, no me importa a dónde iremos. Solo me importa que lo sepas, que sepas cuánto vales no solo para mí, si no para todo el mundo. Siento que te mereces mucho más de lo que pueda expresar, pero era una necesidad para mi desparramar todos mis pensamientos en este papel, porque, como ya sabes, hablar sobre lo que hay en mi cabeza no es lo que mejor hago.
Adiós Charlie, hasta ahora.
Te quiero Charlie, no lo olvides.Sofía"
Yo también te quiero Sofía. Mucho.

ESTÁS LEYENDO
OUR LIFE; 2
KurzgeschichtenSegunda parte de "UN DIARIO DE DOS" "Tal vez el universo es simplemente caprichoso..." La historia de dos jóvenes que se unen tras una red social y sin saberlo caerán poco a poco en un juego del que no se puede salir. Hablarán el uno con el otro si...