Capítulo 2: Vicios.

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Tras unos quince minutos que fueron ocupados de forma fallida en tratar de formar charla grupal, las dos hermanas caminaron hacia el final del pasillo, se sentaron en las escaleras.

— ¿Él es así contigo también o sólo yo? —decide preguntar Emma, tratando de no verse muy preocupada del todo.

— Con todo el mundo —corrigió, mientras se acomodaba su típico peinado; tenía las coletas sueltas, las iba apretando—. No es precisamente querido por ser amable pero... a sus amigos nos quiere a su manera.

  — ¿No crees que si de verdad fuera tu amigo no te pediría dinero a cambio de su ayuda?

— Noah es un tacaño, aparte, él necesita ese dinero, para su beneficio y el mío... —la otra le admira sin comprender— Suele comprar vídeo-juegos, aveces me los presta.

— Oh, ya veo...

...

El rato pasó y a las cinco Kitty se despidió de su pariente porque tenía "programada" su hora de tutoría con Noah, por ende, la hermana mayor aprovechó la hora libre para instalarse mejor en su habitación, y descansar. Uf, se sentía agotada así de rápido. Una sencilla explicación a eso: estrés. Inseguridad también, de que no la tomarían en serio, entre otros factores. A las seis se encontró con quien sería su jefe, que la condujo hasta su oficina en la torre uno. Una habitación bastante grande y espaciosa, con un gran escritorio de madera que se llevaba toda la atención.   

Recibió todos los parámetros necesarios... cosa que a las ocho y media, quedó libre. Se reencontró con la chica de coletas para ir a cenar a la cafetería, notó que ella tenía unas grandes ojeras y... no tenía el mejor olor de todos.

  — Kit, no es por ser pesada, pero... ¿te bañaste esta mañana antes de venir para acá?

— Nope, me atrasé, ¿recuerdas?

— Ah, cierto... Um, te quedaste dormida, ¿a que sí? —le negaron— ¿Eh...?

— No dormí.

Al analizar mejor la situación, sólo pensó en una cosa.

— Kit, ¿no te habrás quedado jugando vídeo-juegos toda la madrugada? —su pariente forzó una sonrisa nerviosa.

— Ay, tal vez... —rió en incomodidad.

— Supongo que te darás una ducha mañana, ¿no? —trató de no sonar tan pesada.

— Claro, claro...

— ¿Sabes? No tengo nada en contra de que te gusten los vídeo-juegos, pero... ¿no crees que lo estás llevando muy lejos?   

— ¿Por qué? Si me junto con mis amigos y... —iba a decir algo, se arrepintió— bueno, no, no estudio, pero me va bien.

— En lo personal, no entiendo qué le encuentras a esas cosas, hay mejores cosas para entretenerse, ¿no? 

  — Deberías intentar jugar a algo, ya sabes, no es tan malo como crees —ahora sonrió en confianza.

  — No, gracias.

A pesar de esa respuesta, cuando se dieron las buenas noches, Emma en su habitación lo primero que hizo fue encender su computadora con el objetivo de buscar algo en internet sobre algún juego que probar, a escondidas de los demás, por supuesto, tenía una reputación de persona de gustos "aburridos" que no debía ser dañada.

Eligió uno de los tantos "Call of Duty" que estaban tan de moda, mientras se efectuaba la gran descarga ilegal, se dio el tiempo de instalar los programas que su computadora requería para poder hacer correr el juego, entre ellos uno que permitía crear redes para jugar modo cooperativo en línea. Se demoraba medio mundo, así que, comenzó a leer los comentarios de los vídeo-tutoriales para matar el aburrimiento.

Don't Say You're Lazy (TOTAL DRAMA, Nemma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora