Don't Say You're Lazy (TOTAL DRAMA, Nemma)

Capítulo 18+ Epílogo.

Durante los últimos días de clases, en la hora del almuerzo, Noah le pidió hablar a solas a Emma para tomar un tema que consideraba urgente en aquellos momentos. En el camino a un lado poco poblado del patio no se dirigieron la palabra ni la mirada, no fue hasta que tomaron asiento bajo un árbol en que él decide tomar la palabra:

— Emma, tengo noticias... y creo que te gustará oírlas—suspiró, nervioso.

— ¿Qué pasó, cariño? —le admiró fijo, teniendo en mente algo más o menos asimilado sobre qué le hablaría.  

— El sábado decidí regresar a mi casa, no sin antes explicarle a los padres de Owen lo que pasó de verdad y les pedí disculpas... Y bueno, tenías razón —sonrió con timidez antes de seguir explicando—: sí me extrañaron mis padres.

— ¡Aww! —exclamó muy emocionada, lo abrazó con todas sus fuerzas— Yo te lo dije, mi amor, ellos tan crueles no podían ser...

— Sí... —musitó, devolviéndole el gesto.

— Supongo que ya renunciaste a ese "empleo" que tenías —asintió—. ¡Qué bien! —le dio un rápido beso en los labios— Entonces... ¿ahora está todo bien?

— Después de mucho tiempo; sí. Todo bien —sonrió, tímido.

...

Los días pasaban y el trabajo para Emma se triplicaba puesto que muchos alumnos iban a ella para reforzar de manera extra-curricular, no podía verlos uno por uno y terminó organizando "clases" para varios grupos según el examen que tocaba para el día siguiente.

En el último día, ella no se quedó para la fiesta, demasiado cansada para siquiera pasar el rato con alguien, lo único que deseaba era dormir, por eso, se despidió de cada una de las maravillosas personas que conoció ahí.

Y se retiró de allí con todas sus cosas, teniendo una gran sonrisa dibujada en su rostro. Su relación con el castaño no quedaría allí, seguirían. Lo único que cambiaba era el horario en que se juntarían, nada más.

El tiempo transcurría y ella logró quedar en su universidad deseada, con la carrera que quería desde un principio. Vida normal de estudiante común y corriente, paz y tranquilidad: así le gustaba. 

Sin contar el gratificante recuerdo que le quedaba de las aventuras que vivió en ese internado.