Emma se sentía contenta porque tenía suficientes ahorros (de antes y de las últimas fechas de pago) para poder estudiar Leyes Internacionales apenas acabe ese semestre, no obstante, no tenía porqué conformarse con lo que tenía, no planeaba renunciar por cuatro razones:
Ya se había comprometido a ayudar a todos esos estudiantes.
Mantener el contacto directo con su hermanita le ayudaba a mejorar un poco la relación familiar.
Se divertía con algunas locuras que vivía.
Y lo último, no por eso menos importante: su novio Noah.
Era un tanto duro estar ocho horas trabajando y luego el resto del día vivir como estudiante, aislada de sus padres y sus otros amigos con los que sólo tenía contacto los fines de semana. Como si reviviera su adolescencia con el grupo de amigos de Kitty y a la vez, se volviera un simple obrero maltratado del montón trabajando esas ocho horas.
Lo que más le complacía era saber que lo hacía bien, los chicos aprendían, que era bonito enseñar, de todas formas, su enfoque en Leyes no iba a desaparecer por ello.
Los días, semanas... tan velozmente se iban que ni se daba cuenta de que llevaba dos meses de relación con Noah, no quedaba casi nada para que el año escolar finalizara aparte, instantes tan divertidos que por ello se le hacían tan poco duraderos. Por boca de los estudiantes que no dejaban de cuchichear, se enteró de que, dentro de poco, en el internado se realizaría una fiesta para los alumnos con el objetivo de celebrar el aniversario de la institución. Ya se podía esperar que la de coletas le pidiera que fuera a divertirse también.
Le gustaría, sin embargo, no le gustaba la idea del todo sabiendo lo rebeldes que son los muchachos de cursos mayores, además, a su pareja no le gustaban ese tipo de eventos. Podrían quedarse juntos en un lugar apartado y disfrutar la soledad en conjunto. Parecía una tierna idea, se lo propondría después.
La muchacha revisaba y revisaba informes de diferentes clases... Se sobresaltó al percatarse de que a Noah... no le fue mal en ese examen de química, pero igual bajó bastante su rendimiento, comparándolo con su media que es calificación máxima casi siempre. Lógicamente algo pasó ahí, quería saberlo a como de lugar.
No dudó en programar una "cita" con él, no del tipo romántica como iban acostumbrados, sino, el tipo de cita que le corresponde por su trabajo.
— ¿Es en serio? —el castaño rodó los ojos una vez que se encontraran los dos en la oficina— Cariño, fueron seis puntos. Seis miserables puntos que no tienen ningún significado siniestro.
— Pues, esos seis "miserables" puntos —le explicó—, fueron suficientes para escandalizar a la maestra y me escribiera para que hablara contigo —ok, eso fue mentira, al menos podía usar algo de chantaje para aprovecharse un poco, ¿no?
— Bien, ¿y qué quieres que te diga? —él se encogió de hombros— Bajé de rendimiento porque no me sentía bien ese día del examen; poca concentración, ansiedad... Vale. ¿Contenta?
— Amor, calma —le tomó una mano, la acarició con suavidad—. No creas que escribiré un gran reporte sobre ésto, sólo dejaré constancia de que no te esforzaste lo suficiente y listo—le explicó, demostrando comprensión—. Fuera de lo que es mi trabajo, me gustaría saber a mayor detalle qué fue lo que te puso así esa vez.
— ... —tosió en incomodidad, sin decir nada.
— Puedes decirme, si gustas. Si es el caso contrario —soltó su mano y le miró fijo a los ojos, todavía en esa aura tranquila—, también dime, dime que no quieres hablar del tema y lo comprenderé.
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Don't Say You're Lazy (TOTAL DRAMA, Nemma)
FanficDicen que los empleados de los colegios no deben tener favoritismo ni manía a los alumnos, pero... ¿El reglamento menciona algo sobre la rivalidad entre tutora-alumno?