Capítulo 17: El escándalo. Parte 2.

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Nota: Penúltimo capítulo ya :0 espero que les guste n.n

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"La paciencia es una virtud", dicho popular que más cierto no podía decir, aunque, a Emma esa paciencia se le acababa. Dentro de nada se vendrían los exámenes finales y tenía una laaarga lista de alumnos con el cual charlar, no, no eran reprobados, no más que el colegio asegura al cien por ciento que todos sean alumnos destacados a pesar de lo alocados que son algunos grupitos.

Que si el tema de Kitty, que si Noah se siente mal por el tema de sus padres, que si ella misma no lograba hallar tiempo para ver a sus amigos fuera del internado, que si era demasiado trabajo arduo... Ya estaba loca. Aunque, disimulando no perdía nada, era mejor, sin herir a terceros.

En ese preciso momento estaba con uno de los amigos de Kitty, no de su grupo, era uno de los gemelos, Jay. Curiosamente, el día anterior, su hermano Mickey tenía una hora con la muchacha pero nunca llegó, por ende, una vez que haya terminado con Jay, le consultó:

— Oye, ¿por qué no vino tu hermano ayer? 

El muchacho se quedó mudo, sin saber qué hacer, optó por decir la verdad ya que no era bueno mintiendo:

— Ha estado sintiéndose muy mal últimamente, no enfermo para contagiar a alguien, pero si muy... estresado, ya sabes, le salieron erupciones en la piel y eso —forzó una risa.

— ¿Y por qué? ¿Problemas en casa? —le contempló confundida.

— Eh... no, es otra cosa.

— ¿El  qué?

— ¿Supiste lo que le pasó a tu hermana...?—cerró los ojos esperando que no se desatara la tercera guerra mundial.

— ¡¿Qué?! —gritó ella— ¿Fue Mickey quién...? —abrió los ojos como platos— ¡Oh, Dios mío!

— P-pero... ¡Tranquila!—advirtió, tratando de calmar lo que ya había cagado— Según Kitty, no hay prueba todavía de que sea algo malo, aparte, Mickey está arrepentido, ¿no viste que Kit ayer andaba con un enorme ramo de rosas? ¡Él se las dio para subirle el ánimo! Ha estado todo el rato haciendo lo posible para que ella no se sienta presionada.

— ¿En serio? —alzó una ceja en desconfianza. 

— Sí, ¡te lo juro!—insistió. 

Reflexionó con respecto a ese tema, siempre vio a Mickey como un muchacho responsable y demasiado tímido con sus cosas, era una noticia impactante saber que habría hecho ese tipo de cosas con su hermana. Recordó las extrañamente positivas palabras de Noah acerca de él "te juro que no es un capullo, es el indicado para ella"... ya comprendía. No lo habría hecho con malas intenciones igual que Kitty; cometieron el error de beber más de la cuenta, tenía que mirar un poco más allá de su propia nariz el asunto.

— ¿Crees que es posible hablar con Mickey después?

— ¿A qué te refieres...?

— A que yo hable personalmente del tema con él, como los padres de Kit no saben nada, yo hago el rol de adulto responsable, me gustaría poder aclararle unas cosas y que él me aclare otras. 

— Ah, claro, claro... de ahí le digo para que hablen. 

...

Horas más tarde, se concretó la junta de ellos dos para poder hablar en profundidad del tema y es verdad, Mickey es un buen muchacho, que de verdad quería a su hermana y no quería hacerle daño, que había hecho hasta lo más descabellado para mejorar la situación y arreglar los errores cometidos, de hacerla reír. Lo consideraba todo un caballero e ideal para la chica de coletas.

Es que, si Noah, su novio; el amargado que habla mal de todo el mundo, tuvo el valor de sólo decir cosas positivas de la pareja de Kitty, era por algo. Tuvo compasión con el chico y con su hermana, ¿y cómo no? Eran jóvenes todavía y ella cometió estupideces incluso peores que logró cubrir muy bien de sus cercanos, sin traerle consecuencias a futuro. Todavía no pasaba el mes que Kit le pidió, existía esperanza de que estaba exagerando el asunto y no pasó nada grave como un embarazo.

Paciencia, demasiada requería.

...

  — ¡Listo, hermanita, solucionado! —gritó Kitty llena de emoción, entrando en su habitación después de clases, tipo seis de la tarde.

— ¿El qué? —contestó, sin comprender nada, dejó el libro que leía de lado para prestar atención a su pariente.

— No embarazada, cien por ciento comprobado.

— ¿Te llegó? —asintió— Uff... eso es bueno.

— Como en semana y media me tenía que llegar, tuve que adelantarlo un poco... —murmuró, ya sin necesidad de alzar la voz puesto que no deseaba que nadie oyera.

— ¿Adelantar? ¿Cómo eso? ¿Tenías tanta ansiedad o algo para que te baje luego? —negó.     

  — Nope —tomó asiento a su lado en la cama—. Pastillas anticonceptivas.

— ¿Ah...? ¿Cómo? —casi se atragantó con su propia saliva— ¿Te auto-medicaste para acelerar el proceso? ¿Y por qué?     

  — No me auto-mediqué, cierta personita de gran inteligencia me ayudó a...

Emma salió de la habitación para ir a la de al lado, empezó a gritar:

  — ¡Noah, trae tu trasero para acá y explícame lo que pasó con Kit, ahora!

Apenas se asomó el castaño, aterrado, por la puerta, ella lo arrastró hasta su cuarto para obtener explicaciones:

Como ella andaba tan desesperada por obtener una respuesta, mejor acelerarla, Noah le hizo preguntas de todo tipo a Kitty, mientras tipeaba en su computadora hasta dar con la marca comercial de pastilla anticonceptiva para ella sin que le traiga consecuencias hormonales graves.

No pasó un mes pero sí 21 días, donde acababa la caja y justo cuando el ciclo menstrual empezaba de nuevo, por ende, en caso de que haya sido "fertilizada", el feto ni siquiera se hubiera podido formar, con suerte se hubieran juntado las dos células y nada más. No contaba como aborto, sino, como método anticonceptivo cualquiera.

Si es que la primera persona en enterarse de aquello fue el castaño el sábado por la tarde, antes de que la de coletas tuviera su sesión de belleza con Emma, en esos momentos se colocó de acuerdo con él.

La idea era no contarle a nadie más, no obstante, Kitty sintió una corazonada de que su hermana debía saber lo que hizo para que la aconseje. Quizás no le dio la solución a ese susto que tuvo, pero si que le subió el ánimo como pudo.

Fue casi una hora completa de charla intensiva acerca del tema, hasta que se llegó a la conclusión de que no deberían preocuparse más de ello porque era un tema muerto, mucho escándalo por nada. El año acabaría dentro de nada, ¿para qué amargarse más? Acabaron en paz, en total, Emma estaba confiada en que Kitty aprendió su lección y su pareja también, que lo mejor era dejar que siguieran juntos y definitivamente, no le contarían —todavía— a sus padres de lo que sucedió, en un futuro lejano quizás.

Don't Say You're Lazy (TOTAL DRAMA, Nemma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora