Capitulo 19. ¿Ángel? ¿Félix?

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Capitulo 19.

          Seguí mirándome al espejo, hasta que oigo un golpe en la ventana de mi habitación, me giro y ¿Félix? Tenía sus alas blancas a la vista, pero, ¿qué hacía aquí? Me dirigí hacia la ventana, el me miró y su cara expresaba preocupación ¿habrá pasado algo? Abrí la ventana y el entró a dentro de mi habitación.

          Nos miramos los dos cara a cara hasta que me decidí por empezar yo a hablar.

-¿Qué haces aquí?- Me crucé de brazos y giré mi cabeza hacia otro lado.

-¿Por qué no me avisaste de que te ibas?- Parecía verdaderamente preocupado por mí.

-No te interesaba-. Seguí con mis brazos cruzados y la cabeza girada hacia otro lado.

-¿Cómo que no me interesaba? ¿A caso no sabes lo preocupado que estaba? Estuviste una semana sin venir a clase, no te vi en ningún lado, llamé a tu casa pero nadie abría-. Vale, estaba muy preocupado.

-Esto…Yo no sabía… Que…- Entonces me abrazó.

-No sabes cuánto me alegro de encontrarte-. Entonces me empezaron a venir recuerdos de él y yo, el beso y… Qué nos íbamos a casar casi dentro de un año, sin que nadie lo impidiera, aunque también ¿Por qué estoy en contra?  Él me gusta claramente pero quizás el hecho de estar juntos sin conocernos…

          Seguimos abrazados como cinco minutos, hasta que él se decidió por separarse de mí, entonces se dio cuenta de que tenía alas y aureola.

-Veo que ya has conseguido tus alas y tu aureola-. Me sonrió.

-¿Pero como las escondo?-. Pregunté.

-Piensa << Esconder mis alas, esconder mis alas >> y ya está e igual con el aureola-. Me explicó.- La verdad te ves muy guapa con las alas…- Me sonrojé pero luego hice lo que me había dicho primero pensé : “<< Esconder mi aureola, esconder mi aureola >>” Y desapareció, luego hice lo mismo pero con mis alas y funcionó.

-¿Y cómo hago para que aparezcan?-.

-Haz lo mismo pero piensa << sacar mis alas, sacar mis alas >> y ya está-. No hizo falta probarlo. Después de eso nos quedamos mirándonos los dos.

**Félix**

          Había pasado una semana sin ver a Eliane, estaba preocupado, no había venido a clase, llamé al timbre de su casa pero nadie abría, uno de sus vecinos me dijo que s habían mudado a España, justo el sábado cogí un vuelo hacia Barcelona donde supuestamente se había mudado, busqué por toda la ciudad y al fin la encontré, le di un leve toque al cristal de su ventana, la observo , ella a mí, cuando me di cuenta ya ella me abría la ventana, sentía unas ganas enormes de abrazarla, pero aguanté.

          Nos miramos los dos cara a cara hasta que ella habló.

-¿Qué haces aquí?- Se cruzó de brazos y giró su cabeza hacia otro lado.

-¿Por qué no me avisaste de que te ibas?- Pregunté preocupado.

-No te interesaba-. Todavía tenía sus brazos cruzados y su cabeza girada hacia otro lado.

-¿Cómo que no me interesaba? ¿A caso no sabes lo preocupado que estaba? Estuviste una semana sin venir a clase, no te vi en ningún lado, llamé a tu casa pero nadie abría-. Estaba desesperado por encontrarla…

-Esto…Yo no sabía… Que…- Pero antes que de terminara la frase la abracé tan fuerte como pude, pasamos un rato abrazados hasta que me di cuenta de algo. Ya había conseguido sus alas.

          Ella empezó a preguntarme como esconder sus alas y su aureola, se lo expliqué y después se hizo un silencio abrumador. Nos mirábamos los dos a los ojos, yo, quería besarla pero ¿y ella? Me armé de valor y me fui acercando lentamente a ella.

***Eliane***

          No lo podía creer estaba a punto de besarme, mi mente decía que no pero mi cuerpo no contestaba, seguía acercándose pero fuimos interrumpidos.

-¡ELIANE!-. Gritó una voz, era mi hermano que había subido a mi cuarto para ver si estaba despierta. Félix se alejó.

-¿Qu-Qué?-. Mi corazón no se había recuperado del susto. Mi hermano agarró a Félix  del brazo y lo sacó hasta el pasillo, antes de irse y sacarlo de allí…

-¡No quiero volver a verte cerca de él! ¿Entendido?-. No pude evitar asentir ya que mi hermano estaba muy enfadado y si le desobedecía podría contarles a papá y mamá lo sucedido. Salió de la habitación y se llevo a Félix con él.

          Pase el resto del fin de semana en casa, no tenía ganas de salir, además el lunes empezaría en mi nuevo instituto, por cierto, es privado lo que implica un uniforme, odio los uniformes, pero mis padres estaban ilusionados con que iría a si que no me puedo negar. Mi hermano iba a asistir a la universidad cerca de mi instituto, seguramente la eligió expresamente para vigilarme a la entrada y salida de allí.

          Ya era domingo noche, no paraba de pensar en lo que pasó el sábado (Félix, yo, mis alas, mi aureola) y en mañana en que empezaría en mi nuevo instituto, tendré que hacer amigos, aunque estoy un poco nerviosa intentaré parecer “normal” a los demás.

          Y llegó el día, me desperté temprano, sobre las siete, me puse el uniforme, era una falda blanca, una camisa que era blanca con las mangas en azul marino, un chaleco de color azul marino, un lazo azul celeste que rodeaba mi cuello y una cinta del mismo color para mi cabello,( lo añadí yo misma) unas medias azul marino por encima de las rodillas y unos tenis converse blancas por debajo de los tobillos. La verdad es que me queda muy mono. Miré por la ventana, estaba nublado, de seguro que llovería a si que cogí un paraguas amarillo que era de mi madre. Bajé y me tomé mi desayuno habitual, me despedí y mi hermano me llevó al instituto.

La vida de Eliane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora