Capitulo 28.
Estábamos Félix y yo, abrazados en mi habitación, me había pedido que me olvidara de Adam estando con él, ¿Qué le digo? ¿Acepto?
-No se que decir…- Dije cuando nos separamos…
-Por favor, dame una oportunidad para hacerte feliz…- Vi que sus ojos me pedían de verdad una oportunidad…
-Esta bien…- Estaba claro si quería olvidarme de Adam debía empezar… De cero.
-Me haces el chico más feliz del mundo…- Me dedicó una sonrisa y me abrazó fuertemente, como si no quisiera dejarme ir. Luego después de abrazarme me dio un beso en la frente y salió de mi cuarto, ya era de noche, me puse mi pijama y me fui a dormir…
Nuevo día, nuevo comenzar… El sol sale y se alza en el cielo azul… Aun que aquí donde yo estaba, estaba nevando y hacía frío. Me desperté como de costumbre, me duché y me fui a desayunar. Mi madre estaba ocupada con unos trabajos sobre mi “futura boda” y Félix y yo desayunamos los dos solos… Se hizo un silencio incómodo al principio pero luego…
-¿Cómo has dormido?- Dibujó en su rostro la primera sonrisa de la mañana.
-Bien…-
-Veo que ya estas mejor con “ese” tema…-
-Si… Me costará un poco pero me esforzaré.- Terminé y me dirigí a mi clase de lengua… Me tocaba con una profesora… Era un poco gritona pero era muy divertida dando clase.
Terminaron las clases del día y me fui a dar una vuelta al jardín, me senté en un banco cubierto de nieve que se encontraba allí. El jardín se veía hermoso con esa capa de nieve por encima… Lo que m hizo venir una imagen de Adam a la cabeza… Sacudí mi cabeza para despejarla pero no podía, empezaron a caer lágrimas por mis mejillas, cubría mi rostro con mis manos hasta que alguien agarró mi mentón y me levantó la cara.
-F-Félix…- Dije aun llorando…
-Tranquila…- Me secó las lágrimas y me abrazó… La verdad es que sus abrazos me daban calidez y me hacían sentir segura… Seguro que acababa enamorada de él tarde o temprano.
-Gr-Gracias por estar aquí…-
-No hay de que… Siempre estaré ahí en cuando me necesites…-
Y así pasaron los días, semanas y meses, Félix siempre estaba a mi lado, apoyándome y haciéndome sentir cada vez más fuerte… Pero algo pasaba… Nuestra boda era dentro de una semana… Ya teníamos todo, pero yo no me había enamorado de Félix, cada vez más le veía como un amigo…
La semana antes de la boda me la pasé aprendiendo a bailar el vals y también a caminar con plataformas… Era difícil pero el esfuerzo valía la pena… Aun que no me fuera a casar con quien amaba, sabía que era lo mejor para mí… Y pensar que antes negaba casarme y ahora comprendo… Mi madre quiere que sea feliz y esa felicidad me la iba a dar Félix… Y no Adam… Mi madre puede que la subestimara pero de todos modos, era mi madre, teníamos la misma sangre…
El día antes de la boda era mi cumpleaños, cuando desperté mi habitación estaba llena de regalos, globos… La verdad el tiempo se había pasado volando, ya hacía nueve meses que no veía a Adam… Le echaba de menos pero ya yo sabía que no nos volveríamos a ver aun que los dos quisiéramos… El día de mi cumpleaños lo pasé con Félix… Fuimos a dar un paseo por el jardín, comimos tarta juntos y hasta vimos una película los dos… Hoy no quería recordar lo que pasaría mañana, tenía ganas de salir corriendo… Pero no podía… Por que este era mi deber como princesa.
Ya era de noche, fui a mi habitación y me asomé a el pequeño balconcito de mi cuarto a ver si se veía la luna o alguna estrella… No hubo suerte… Pero de repente vi como una estrella salía correteando por todo el cielo era una estrella fugaz… Pedí un deseo: “Quisiera volver al pasado… Que nunca descubriera nada… Que siguiera con Adam…” Por desgracia no sirvió de nada a si que me fui a dormir…
Al despertarme tuve una sensación extraña, no estaba en la cama del castillo… Estaba en mi… En mi… ¡En mi cama de Francia! Alguien toco la puerta de mi habitación, eran mis padres, que venían a despertarme.
-¿Qué tal has dormido?- Preguntó mi madre.
-Bien… ¿Cuánto tiempo llevo dormida?-
-Desde ayer por la noche…- Contestó extrañado mi padre. ¡Había vuelto al pasado!
-Ok-. Salí de mi cama dando un brinco, me bañé rápidamente al igual que me vestí. Fui corriendo por la calle buscando a Adam o a Félix hasta que choqué con alguien.
-Perdona…- Levanté mi cabeza para ver con quién había chocado.
-¿Eli?-
-¡Adam!- Me levanté de inmediato abrazándolo fuertemente y el me correspondió.
-¿Qué haces aquí?-
-No se, me desperté y ya no estaba en palacio…- Sonreí…- Pero me da igual… Estoy aquí contigo y eso es lo que importa ¿no?- El me agarró de la cintura acercándome a él y yo rodeé su cuello con mis brazos, y nos besamos…
-Echaba de menos tus besos ¿sabías?- Dijo al terminar de besarnos con una sonrisa pícara. Yo me limité a sonrojarme y sonreír…
Nos cogimos de la mano y caminamos hasta el final de aquella calle, el tiempo pasaba lento… Pero mejor para mí porque esperaba que nadie ni nada nos separara nunca, por que yo… Le amo.
Y así termina, el y yo para siempre… Espero que hayáis aprendido algo… Como que nada es imposible en esta vida y que también que uno no elije de quién se enamora… Y si estas enamorado… Te animo a que te lances a decirle lo que sientes. Y desde aquí un beso de vuestra amiga “Eliane”.
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La vida de Eliane.
RomansEliane, una chica de 15 años , que vive en Francia, pierde a su madre con tan solo 6 años, el padre la abandona en un orfanato a ella y a su hermano Evans. Un dia caminando hacia su instituto se encuentra con un misterioso chico llamado Adam que ca...