Capítulo veintiocho.

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Capítulo veintiocho.

A qué no adivinan en donde estoy, vamos, ¡adivinen!

¿Nada?

Estoy en su habitación de hotel...

Por supuesto que tienen permiso de insultarme, estoy exageradamente consciente de que no debería encontrarme en este lugar pero es que debía llevarlo a un lugar seguro, además...

Esta bien, al carajo las excusas. Soy extremadamente estúpida, lo sé.

Ahora yo pregunto, ¿no tienen moral? Que él sea un asesino, aunque de verdad no creo eso, no significa que yo debo hacerle mal. Soy un amor, lo sé. Casi vomito arco iris. Ahora bien, tampoco le voy a tratar como si fuera la mejor persona del mundo, eso también lo tengo claro.

Tomé la taza de café en mis manos y sentí como el vapor llegaba a mi rostro, los dedos comenzaban a sentir el calor y cuando llegué a su encuentro pude notar como su mirada perdida chocaba contra el ventanal de la habitación mientras en su mente él no estaba aquí. Me senté a su lado, sosteniendo la taza aún e imité su acción, mi mente divago entre mis pensamientos buscando una razón lógica a esta situación.

Si tan sólo mi vida fuera como la de cualquier otro, con problemas familiares dentro de los límites normales. O con discusiones amorosas que luego de dos días ya son historias... incluso armar un berrinche porque mi mascota ensució el sofá, pero no, mi vida definitivamente no cumple esos requisitos, ella va más allá.

—¿Taylor?

—¿Huh? —volteé a su dirección mientras volvía a la realidad— Toma, bebe esto. —le entregué la taza con el líquido amargo dentro para luego observar como se lo llevaba a la boca.

—Gracias. —dijo luego de tener la taza vacía.

—No hay de que.

Nos quedamos pensativos un momento, un largo momento. Los dos observábamos el horizonte mientras organizábamos ideas. Esto era casi irreal, seguro él esta tan confundido como yo. ¿Qué hacia yo aquí?

—Estaba pensando...

Su vos hizo que saliera de mi mundo y le regalé toda mi atención, mis ojos lo miraban curiosos...

—...en ti y en mi... ¿Estas molesta conmigo? —preguntó tomándome por sorpresa, ¿estaba molesta con él?

—Debería, pero no.

—¿Entonces me perdonas?

—¿Mataste a mis padres? —contesté algo incrédula.

—No.

—¿Por qué? —me miró confundido.

—Porque... simplemente no soy capaz de asesinar. Taylor, yo no soy un asesino y jamás te haría daño, ¿acaso no lo ves en mis ojos? —dirigí mi mirada a sus ojos, me miraba desesperado, estaba diciendo la verdad.— Te quiero, siempre lo he hecho.

Ahora si me tomó por sorpresa...

Abrí mi boca para decir algo pero la volví a cerrar, ¿qué debería decir? No tengo la más mínima idea de que hacer.

Su rostro se iba acercando poco a poco, ¿o era mi imaginación? No, no lo era. Su cara cada vez estaba más cerca, centímetros nos separaban y yo no me movía. Más cerca, más cerca. Esto no va a pasar...

Posé mi mano en su pecho mientras hacia distancia entre nosotros.

—¿Qué estas haciendo? —inquirí con la voz más cautelosa que coloqué jamás.

—Lo siento, fue mi culpa, no debí...

—Claro... —achiqué los ojos por causa de un pequeño rayo de luz que molestaba mi pupila. Giré mi cabeza y por el ventanal logré observar como el amanecer realizaba su majestuosa aparición detrás del horizonte. 

¿Qué hora era?

Tarde, era tarde.

—Me tengo que ir, adiós. —me despedí al momento que insinuaba levantarme pero Darren me alcanzó rápidamente.

—Pero, ¿me perdonas?

—Estas disculpado, el perdón solo se le pide a Dios.











¡No! ¿Por qué hiciste eso? reí después de limpiarme el poco helado que Darren había puesto en mi rostro.

Quería quitártelo con la lengua hizo un pequeño puchero.

¡Asqueroso! le golpee suavemente mientras el me tomaba en brazos para luego zamparme un sonoro beso en la mejilla. 

Te quiero. me susurro en mi oído.

Recuerdos, recuerdos y más recuerdos.

Esto de caminar inmersa en mis pensamientos no creo que ayude mucho, aunque no puedo negar que de vez en cuando se me escapa una sonrisa al recordar sus locuras.

Esas locuras que me encantan.

Basta, ya basta de memorias cursis. No debería estar así, más bien, debería felicitarme al avanzar psicológicamente un paso más. Lo he disculpado, y eso ayuda. Reservaré una cita con mi psicólogo para contarle mi progreso.

Si analizamos la situación un poco más calmada, sin su cercanía. Podría decir que estoy casi segura de varias cosas...

Me gusta Darren.

Él no mató a mis padres.

El asesino de mi familia sigue suelto.

N/A:
Hooooooolaaaaaaa, ¿cómo han estado? Cuentenme, ¿ya les fastidió la novela? :c

De verdad siento las tardanzas, las tareas me ahogan. No mentira, yo lo que soy es una vagaaaaaa. Pero en serio, siento las tardanzas.

La novela digamos que le faltan unos pocos capítulos. Espero y les agrade muchísimo y déjenme saber si les gusta. ¡Recomienden la novela a sus amigos/as!

Ahora, ¿Cuál es su hobby y por qué? Me gustaría que respondieran :)

Saludos de Venezuela<3

Deja de llamarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora