Capítulo 2

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Byou y yo estábamos saliendo de clase entre risas y bromas cuando avisté a dos personas en el patio que no eran alumnos, pero tampoco profesores, lo que normalmente sería algo por lo que preocuparse, ¿no? Dos extraños en el instituto masculino, pero no venían a vender droga ni nada parecido —bueno, puede que también— sabía perfectamente quienes eran...

—¡Byottaro, mira quienes están ahí!—le di un par de golpes en el brazo, sin dejar de mirarlos.

—Dos tíos raros, sí, qué pasa.—él ni siquiera se molestó en mirarlos por más de dos segundos.

—¡No son tíos raros! ¡Son Zans!—le corregí.

—¿Mm? ¿Y cómo lo sabes?—

—Porque son Die y Aki, dos de los más cercanos a Kyo...wou...habrán venido a reclutar nuevos miembros...—me había emocionado de repente, mis objetivos poco a poco se acercaban a mí, sentía la adrenalina recorrerme.

—...hablas como si coleccionaras cromos de ellos. Son solo dos tíos con el pelo raro.—

—Cuando sea uno de ellos me lo pondré rubio; pero uno más claro que el de Kyo, no creo que le guste que tengamos el mismo estilo.—

—Serás un pollito Zan muy mono, sí.—

—Espérame aquí, voy a decirles que me uno.—hice caso omiso a su burla.

—Sí sí, ve.—me dijo adiós con la mano.

Me acerqué a los dos intentando parecer un tío peligroso; al fin y al cabo ellos lo son, ¿no? Debo integrarme. Manos en los bolsillos, las piernas ligeramente separadas al andar y cara de que odias al mundo. Muy bien.

—Eh.—me quedé frente a ellos—¿Sois de los Zan?—

—Sí.—Aki me miró de arriba abajo—Y a ti qué te pasa, niño.—

—Quiero unirme.—anuncié.

—¿Tú? Die mira lo que dice el bichillo este.—se rió de mí.

—Qué pasa. ¿No me has oído?—intenté mantenerme firme—He dicho que me quiero unir.—

—¿Pero tú sabes pelear?—esta vez me habló Die.

—Claro que sé.—

—Aki, ¿quieres probarlo?—Die ni se molestó en dirigirse a mí de nuevo.

—Claro, hace un poco de frío, así me caliento.—se quitó la chaqueta y chasqueó sus nudillos—A ver, peque, dame con lo que tengas.—

Me remangué la chaqueta del gakuran y me lancé a por él en un movimiento que resultó... temo que patético. Aki me agarró y me tiró al suelo sin ningún esfuerzo. Ni le toqué.

—¿Aaah? ¿Solo esto?—se quejó—Qué aburrido.—me dio una patada en las costillas mientras estaba en el suelo.

—¡Aah!—me levanté más rabioso esta vez, era mi oportunidad, no podía desaprovecharla—¡Aaahhh!—me lancé de nuevo hacia él y esta vez me llevé un puñetazo directamente en la cara.

Y luego otro... y algún golpe más...

—Venga Aki, vámonos que nos van a pillar, esos dos tienen buena pinta, les decimos que vengan y nos vamos rapidito.—

—Vaale.—una última patada en mi costado antes de desaparecer; dejándome tirado en el suelo, con la nariz sangrando y las ilusiones destrozadas.


¿Y ya está...? ¿Tan fácil? ¿No podía entrar? Yo sabía que era bueno peleando...solo que quizá no tanto como ellos... Solo necesitaba que me dieran una oportunidad para demostrar lo que valía.... Pero el mundo no es así de justo, por supuesto. Tendré que labrarme mi propio camino hacia los Zan... Aunque no sea dentro de ellos.

Battle DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora