Capítulo 10

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Entre la bruma de la madrugada, un plan fue trazado.

—Die no podemos...—

—¿No quieres salir de aquí?—

—Claro que quiero...—Shinya suspiró—Pero no es como si pudiéramos irnos sin que nos viera nadie, si vamos juntos van a sospechar y se lo dirán a Kyo, y sabes cómo acabará eso.—

—No pasa nada, daremos cualquier excusa, diremos que nos ha mandado el mismo Kyo a hacer algo, lo que sea, solo tenemos que llegar a la estación de tren...está muy cerca...—

Die se había ocupado de conseguir los billetes a Tokyo en el primer tren de la mañana, al aeropuerto, debían estar fuera del país antes de que Kyo se percatara de su ausencia, o podrían...pasar muchas cosas. Llevaba mucho tiempo pensando en esto, ni Shinya ni él podrían escapar de esta situación por sus propios medios, y sufrirían el mismo destino que Toshiya si intentaban razonar con el líder de la banda. Además estaba el hecho de que Shinya era... "importante" para Kyo. Para su disfrute personal más bien, y si cualquier persona intentaba arrebatárselo ya podía prepararse para lo peor. Así que, ¿hasta qué punto estaba dispuesto el pelirrojo a arriesgar su pescuezo por la vaga promesa de una vida tranquila en un país extranjero junto a Shinya?

—Qué estáis haciendo.—la sola voz de Kyo, ronca y firme, hizo que tanto Die como Shinya sintieran un arañazo a lo largo de su espina dorsal.

Pillados. Y ni siquiera habían podido salir por la puerta.

—Íbamos a comprar tabaco.—Die lo enfrentó, dejando a Shinya detrás de él como gesto inconsciente, intentando protegerlo.

—A las cinco de la mañana y con mi puta.—empezó a caminar hacia ellos, y ambos contuvieron la respiración unos instantes, hasta que volvió a hablar—Que no fuma.—

Ding. Cierto. Por muchas pastillas y calmantes que pudiera tragar Shinya al día...él no fumaba.

—...bueno pero me acompaña.—una sonora bofetada cruzó la cara de Die en el preciso instante en el que terminó de hablar.

—Ni se te ocurra tocar a Shinya sin mi permiso, me da igual para lo que sea.—

—¡No he hecho nada, solo íbamos a salir un minuto!—Daisuke gritó por el estrés del momento, sin darse cuenta de lo que acababa de hacer al osar a levantarle la voz a Kyo—....—

Shinya miraba la escena aterrorizado, él sabía mejor que nadie lo que venía ahora.

—Lo siento...—el pelirrojo intentó enmendar su afrenta pero vio su cabeza contra el suelo antes de que pudiera decir más—¡Aah!—el pie de Kyo presionando su mejilla contra las baldosas—¡Lo siento!—su brazo también estaba siendo retorcido.

—¡Kyo, para!—Shinya intentó interponerse por primera vez desde que perdió su alma, y en cuanto Kyo lo miró vio que lo pagaría caro.

—A mí no me valen las disculpas.—dijo él, y entonces, sin dejar de mirar a su "esclavo", y con un sonoro crujido...le rompió el brazo a Die.

—¡Aaahhh!—un fuerte grito, y Shinya llorando intentando llegar a él, pero las manos de Kyo se lo impidieron, amenazando con proporcionarle el mismo destino si seguía quejándose.

—Vámonos.—y así fue como el rubio tuvo que dejar en el suelo retorciéndose a la única persona de esta banda que lo trataba como a un ser humano.

De nuevo en el cuartucho del líder, anulado, con los ojos vacíos, deseando que en algún momento a aquel loco se le fuera la cabeza del todo y lo matara de una vez...Total...para lo que servía...cada día perdía un poco más las ganas de seguir aguantando...y por mucho que Die intentaba devolvérselas quedaba claro que no había salida para él. Ni las manos de Kyo atándole las muñecas ni el hecho de estar repentinamente de pie y completamente desnudo le hicieron reaccionar.

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