Cap.09-Metatrón

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Lugar:???

Fecha:???

Emanuel despertó de cabeza, atado a una rueda como las que usan los lanza dagas en el circo y de hecho todo el extraño lugar donde estaba parecía eso. Aturdido por no saber qué pasaba inclino la cabeza tratando de reconocer a la figura de negro que afilaba una enorme hacha, sentada en una pequeña base y tan ocupado en su tarea que parecía se le iba en ello la vida.

-o__o, ¿Demian?

-Te llego la hora de confesar, hermano- dijo el demonio soplando la piedra para afilar y probando con un dedo la hoja del hacha.

-0___________O OMG!!

Las luces se encendieron y como para aumentar su horror Emanuel descubrió a toda la corte celestial mirando desde las graderías, allí estaban los arcángeles, los querubines, el horrible ángel de lo extraño riéndose con su repugnante boca y en una silla especial, en un gigantesco trono de oro que dominaba todo el escenario estaba...

-¡NO!

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Moscú, Rusia, 1° de Marzo de 2010.

Emanuel despertó sudando frio, miro a su alrededor intentando ubicarse y recordar donde estaban, le costó pero al fin pudo acordarse, estaban en Rusia porque Demian andaba con la idea rara de ir a ver si a la momia de Lenin era real o de cera y una vez habiendo complacido su deseo (sin decirle a Emanuel que había descubierto) se había refugiado de una tormenta de nieve en una de las cúpulas aceradas y bien cubiertas de la Plaza Roja.

Demian adiaba los lugares nevados...bueno, la nieve le gustaba por el aspecto de desolación pero odiaba el frio, según él la tierra ya estaba bastante fría como para que existieran esos lugares, sostenía que el calentamiento global era una mentira descarada pero claro, viniendo del infierno era obvio que el único sitio en la tierra donde podía sentirse a gusto era en el Kalahari; tras repasar con la mirada todo el lugar lo encontró en un rincón, no se había percatado de su pesadilla, estaba ceñido hablando por teléfono o al menos eso creyó Emanuel en un principio, luego se dio cuenta de que no estaba hablando, solo oyendo a alguien o algo del otro lado de la línea con una cara tal que parecía estar escuchando el sonido más conmovedor del universo, pero lo único que Emanuel percibía era un obsesivo purrú de palomas que lo hicieron ver hacia arriba haber si había aves allí también.

Volvió a bajar la cabeza cuando oyó un repentino sollozo que cayó el purrú.

-¡No, no!, no pares- dijo Demian a quien estuviera del otro lado- estoy bien...te echo de menos...me encantaría, no sabes cuánto pero no puedo, no aun...ten paciencia, ya casi pasa otro año...será muy divertido...por favor sigue...

Y de nuevo empezaron aquellos gorjeos de paloma.

Emanuel pensó entonces que a Demian no le haría la menor gracia verse descubierto en ese estado de modo que volvió a recostarse contra el suelo de la cúpula, de espaldas a él, pero no se durmió por miedo a tener otra pesadilla...si eso había sido.

A pesar de sus intenciones estuvo a punto de dormirse de nuevo cuando percibió pasos, Demian caminaba por la cúpula y su tono había cambiado, hablaba con una persona diferente.

-Nada de peros, Belcebú, quiero que lo traigas en Abril, el primero, ni un día más tarde.

Entonces Emanuel sintió que le daban un puntapié, se levanto haciendo como si recién despertara.

-¿Ya termino la tormenta?- pregunto fingiendo un bostezo.

-Me parece, vámonos a un lugar más cálido, como Cancún o Monterey.

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