Cap.10-Los Divinos Mariachis

47 3 0
                                    

Ciudad de México, México, 12 de Marzo de 2010.

-No puedo creer que me convencieras de esto.

-Yo no puedo creer que ahora te me quieras echar para atrás.

-¡No me estoy echando para atrás!, después de todo lo que pasamos hoy...

Demian le sonrió...bueno, uno de ellos.

Estaban frente a la Catedral de México, todos vestidos de mariachis en plan de serenata nocturna, eran Emanuel y tres Demians con los instrumentos, uno de ellos, para ser diferenciado como el original, se había colocado un bigote de charro que le había provocado a Emanuel un ataque de risa histérica pero ya recuperado le habían pasado una trompeta y se preparaban.

Todo había sido idea del demonio, quien sabe porque se le había ocurrido irle a llevar una serenata a Padre y la única manera de lograr eso era yéndose a tocar frente a las puertas de la iglesia más importante del país de turno, Emanuel le había seguido la corriente en parte porque al principio no le creyó y en parte porque Demian le provoco un ataque de conciencia culpable a punta de indirectas sobre lo sucedido en Rusia; ahora que ya estaba allí no había vuelta atrás, menos considerando la increíble Odisea que habían tenido que atravesar para llegar.

Todo había comenzado ese mismo día en la mañana.

Doce Horas Antes...

Tras proponer la idea, Demian se había desaparecido, volvió 15 minutos después en un convertible (cualquier vara...perdón la nota atravesada, no lo resisto XD!) color negro, en el asiento trasero venían los instrumentos y un paquete.

-A bordo y cuidado con la tapicería, acabo de sacarlo de la agencia.

-0_o!?... ¿Te lo robaste?.

-¡Claro que no!, es mío, la agencia le regala uno a sus socios y yo soy inversionista, también trato con la Ford pero esa es otra historia, ¿vas a subir?

-¿Por qué nos vamos en auto?, puedo hacernos aparecer allá en un santiamén.

-1- No digas "santiamén" frente a mí, pasan cosas muy raras cuando se jura frente a un demonio, tampoco nombres santos, es todavía peor, 2- Yo me entiendo solito, asique súbete que tenemos que estar allá a las ocho para que no nos cierren.

Emanuel se encogió de hombros y subió, era un magnifico auto, aunque Emanuel no sabía mucho de esas cosas, Demian lo puso en marcha, al primer rugido del potente motor Emanuel se puso nervioso, tanteo en busca del cinturón.

-._.U...¿Demian?...¿Dónde está el cinturón?

-No necesito esas ridículas cosas- dijo el demonio con una repentina sonrisa demente- agárrate a lo que puedas y disfruta el paseo.

-Creo que mejor me bajoooooooooooo!!

Se aferro al asiento cuando el vehículo salió disparado volando sobre los baches a velocidad suicida, ¡Y Demian tan fresco!

-0________________0!!!

-¿Te comente que audicione para Rápidos y Furiosos?- le menciono el demonio como si tal cosa, haciéndose oír sobre el rugido del motor.

-¡No me extraña!

-Me veía diferente, claro, pero igual no me escogieron...atajo de idiotas, eso sí, la mitad de los autos se los conseguí yo...¡La otra tuvieron que pagármela XD!

-¿Te importaría ir un poco más lento?

-No te espantes, tengo licencias para todo tipo de vehículos...excepto los cohetes, esa la mande a falsificar porque la NASA no hace exámenes, y hablando de cohetes, esta belleza viene con un par de tanque de nitro que la verdad me muero por probar.

Diavolo NuovoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora