Cap.11-Tiempos Remotos p.1

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Ciudad de México, México, 20 de Marzo de 2010.

-¿Regresaras esta noche?

-O mañana temprano a más tardar, lo prometo.

-Cuídate y...

-Ya se, ya se, nada de estupideces, veré que puedo hacer, acuérdate que no soy Dios.

-Menos mal.

-n_n.

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Arriba en las nubes, tras las puertas del cielo, se respiraba un ambiente de desaliento.

Jesucristo, el mesías incorruptible, llevaba casi tres meces en la tierra con Lucifer, envuelto en una especie de apuesta absurda que comprometía todo el orden del cosmos, hacia días que no se hablaba de otra cosa en el Capitulo.

-Esta poseído, les digo- insistía Raguel- debieron ver como azuzaba a Lucifer para que le rompiera las alas a Metatrón, fue espeluznante.

-Ezo o Borrracho- agrego el Ángel de lo Extraño.

-No está poseído- replico en voz baja el propio Metatrón- ojala fuera así, pero no había ni en sus palabras ni en sus acciones evidencias de una mente hechizada...cada vez está más cerca de su oscuridad...

Silencio, desde aquella experiencia Metatrón andaba con el ánimo por el Sub-suelo, apenas con la fuerza suficiente para llevar sus notas, en el vestíbulo del Capitulo por un momento solo se escucho la voz de Uriel leyendo pausadamente un párrafo de Corintios, era habito que alguien leyera la biblia durante las comidas y en las reuniones así nadie estuviera específicamente escuchando.

El vestíbulo era un espacio amplio empezado en una puerta por un lado y terminado en unas largas escaleras que llevaban al trono de Dios, desde allí Padre podía escuchar toda la charla e interferir si quería, aunque eso casi nunca pasaba, el sonido incorporado de unas botas pesadas indicaron a los ángeles que Miguel caminaba por allí, el arcángel rojo fue hasta el centro de la sala con Rafael a la zaga, los zapatos del arcángel azul casi no hacían ruido y por eso no se le notaba cuando seguía a su hermano mayor.

-Tampoco creo que Jesús este poseído- dijo serio- en todo caso, no fue Lucifer quien le llevo hasta Jerusalén para que se hallaran.

-Padre no quiere tratar este asunto- se oyó la suave voz de Rafael- quizás hicimos mal en tomar esto por nuestra cuenta, fue pretencioso de nuestra parte creer que podríamos resolverlo, ¿no sería preferible esperar a ver que planea Padre antes de causar un daño aun mayor?

Muchos asintieron pero no precisamente a Rafael, una extraña virtud del Arcángel era que sus consejos resultaban tan acertados que hacían eco en las ideas de muchos ángeles de modo que cuando los seguían la mayoría no lograba recordar después de un tiempo quien había sido el de la idea y la tomaban como propia.

-¿Y mientras qué?- dijo entonces Gabriel, muchos consideraba que el guardián de los querubines nunca había dejado de ser uno y por eso le perdonaban la insolencia- ¿nos quedaremos viendo como Jesús se denigra en manos de Lucifer?

-No veremos nada- replico Uriel dejando su lectura, de todos los arcángeles era el más sabio y agudo- Jesús va por una senda equivocada, seguirle los pasos nos pondrá en el mismo camino, se acerca el tiempo de las revelaciones y debemos prepararnos, ya basta de distracciones, esto no puede interrumpir los designios de Dios.

-Se termino el Capitulo- indico Miguel, arriba se escucharon las campanadas de la hora- de vuelta a sus labores.

Miguel encabezo la salida con Rafael, Gabriel y Uriel, aunque los arcángeles eran siete, ellos cuatro siempre habían formado una especie de grupo aparte, un equipo perfecto, Miguel el guerrero, Rafael el sanador, Uriel el sabio y Gabriel el más alegre.

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