♧Capítulo 30♧

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No era capaz de mirarle a los ojos. Sencillamente, no podía. Me tomó entre sus brazos, sin decir nada, y siguió bailando conmigo. Al notar cómo me estrechaba, hasta hacer que nuestros cuerpos se pegasen, apoyé la cabeza sobre su torso y cerré los ojos. Casi me echo a llorar allí mismo. Su corazón latía tan fuerte como el mío. Podía sentirlo en mi mejilla, atravesando su piel y su ropa, para golpear con sus latidos en mi cara. Cuando terminó la canción, se separó de mí, cortésmente, y sin decir nada, volvió a perderse entre el gentío, dejándome sumida en la más profunda tristeza.

Regresé a mi mesa, y tras tomar mi cartera, salí del restaurante. No me despedí de nadie. Pedí en recepción que me llamasen a un taxi y esperé allí, hasta que me avisaron que había llegado. Mientras salía del hotel, coincidí en la puerta con Rubén. No dijo nada. En sus ojos seguía existiendo una profunda decepción. Podría haberle dicho cualquier cosa, pero preferí callar. Ya había tenido bastante drama durante los últimos días. Subí al vehículo y le di al taxista la dirección de mi apartamento. Me despedí, en mis pensamientos, de Samuel y Rubén, y pensé que aquella noche sería el comienzo de una nueva vida sin ninguno de aquellos hombres a los que me sentía tan unida.

Mientras el taxi hacía el recorrido hasta el edificio de apartamentos donde se situaba mi nuevo hogar, recibí un mensaje.

Al mirar el teléfono, resoplé. Era Mabel. Incluso en el día de su boda estaba pendiente de mí.

"¿Dónde demonios te has metido?", me preguntó vía Whatsapp.

Le contesté, con un simple "Me marcho a casa. Estoy cansada".

A lo que me respondió al instante: "Vuelve inmediatamente, o te juro que te mato".

"¿Por qué?", la interrogué y me dijo "Si no detienes esta pelea, serás la culpable de que el único recuerdo que quede de mi boda sea como dos gallos de corral se pelean por ti".

Al instante de leer ese comentario, corté el programa de mensajería instantánea y la llamé. Apenas escuchaba nada. Mabel me gritaba una y otra vez que volviese y me asusté. Le pedí al taxista que diese media vuelta y regresé al hotel. El corazón parecía que se me iba a salir por la boca. Al entrar en la sala de baile, observé varias mesas desparramadas y parte de la vajilla y cristalería destruida en el suelo. Vi a Mabel, llorando en una esquina y corrí hasta ella.

- ¿Qué ha pasado? - Pregunté.

- Samuel se ha liado a golpes con un camarero del hotel.

- ¿Qué? Pero, ¿por qué?

- ____, debiste decírmelo. ¿Por qué me ocultaste que Rubén trabajaba aquí?

- Yo... Yo no quería preocuparte. No pensé que se atreviese a decir nada. Él y yo hemos terminado. Lo siento muchísimo, Mabel. Por favor, perdóname.

- Ve inmediatamente y detenlos. Ya no se pegan, pero porque les están sujetando. Uno de los invitados ha llamado a la policía.

- ¿Dónde están?

- En la terraza exterior. Allí. - Me señaló-. ____, esto no voy a olvidarlo en mucho, mucho tiempo. Sabías lo importante que era este día para mí y lo has estropeado.

Mabel se echó a llorar y su hermana la abrazó. Ésta me miró, enfadada, y di un paso atrás. Me marché al lugar en cuestión y cuando llegué había congregadas unas veinte personas. Me acerqué a ellos y ambos me miraron, furiosos, pero al mismo tiempo, avergonzados.

- Si queríais castigarme, podríais haberlo hecho de otro modo. Mabel es mi mejor y única amiga. Ya no me queda nadie más. No es necesario que discutáis ni os peleéis por algo que...

Tuya En La Oscuridad - ADAPTADA -(Rubius,Samuel & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora