♧Capítulo 62♧

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- Creo que aquí estarás más cómoda. - Me dijo, sin más.

- Pero, ¿está segura?

- ¿Para qué os voy a separar si sé que mi hijo va a estar buscándote para acostarse contigo? - Admitió y sonrió -. Sólo quiero que él sea feliz. Es lo único que me importa.

- Y a mí, créame.

- Eso espero.

Trisha me dejó a solas en la habitación para que comenzase a acomodar mis pertenencias. No me apetecía hacerlo. Ya estaba cansada de abrir y cerrar maletas continuamente. Durante casi una hora no supe nada de Rubén. Aproveché el tiempo que estuve a solas, y a regañadientes saqué la ropa que había traído y comencé a guardarla. Me pregunté a mí misma qué tiempo tardaría en tener que volver a meterlo todo en las maletas.

Me di una ducha y me puse un vestido para bajar a cenar. No sabía si lo apropiado en este tipo de familias era bajar directamente o esperar a que me avisaran. En el pasillo coincidí con Blanche y ésta me hizo entrar en su habitación.

- Espera un rato. - Me dijo -. Creo que siguen en la biblioteca.

- ¿Todavía?

- A Jared le gusta acaparar a su hijo cada vez que está aquí. Además, estando Chris, las conversaciones se hacen eternas. Quizás lo mejor será que cenemos nosotras a nuestro aire.

- ¿Esto va a ser así todo el tiempo?

- No creo. Comprende que lleva mucho tiempo sin hablar con Rubén y en estos momentos querrá recuperar todos los meses perdidos. Cambiando el tema, ¿te has traído los juguetes?

- ¿Cómo me preguntas eso? - Reí.

- Porque tengo aquí mi maletín. No voy a ningún lado sin él.

- Sí, los tengo, pero no creo que este sea el mejor lugar para utilizarlos. Me da vergüenza tener a sus padres tan cerca.

- ¿Cerca? Duermen en otra ala de la mansión. Aunque viniese un asesino con un cuchillo no se enterarían de tus gritos. ¿Qué te ha parecido Chris?

- Simpático.

- No me refiero a eso. - Rió.

- Pues es guapo, pero no se puede comparar con Rubén.

- Sigues llamándole Rubén. Suena tan formal... ¿Cuándo le llamarás Rubius o Rubencio? -dijo bromeando.

- No estoy segura. Me gusta Rubén. Además, cuando me dijo su nombre no utilizó diminutivo. ¿Por qué me has preguntado por Chris? ¿Es que a ti...?

No pude terminar la frase. Llamaron a la puerta y antes de contestar, abrieron. Me sorprendí al ver a una mujer bastante atractiva. Debía tener unos años menos que yo, pero era impresionante. Su cabello era negro eléctrico y sus ojos de una tonalidad acaramelada preciosa. Se acercó a mí, con paso decidido, y tras observarme detenidamente, arqueó una ceja.

- ¿Eres ____?

- Sí... - Contesté, titubeando.

- Vaya... No puedo decir que no me haya sorprendido. - Sonrió -. Te imaginaba de otra forma.

Aquel comentario me pilló por sorpresa y no supe cómo encajarlo. Noté cómo mis mejillas comenzaban a ruborizarse y mi corazón palpitaba a toda velocidad.

- Has superado todas mis expectativas. Tendré que felicitar a mi hermano. Tiene una novia muy guapa.

En aquel momento, todo el aire que había estado conteniendo en mis pulmones, salió despedido por la boca. No hubiese soportado otra discusión como la que tuve con el padre de Rubén.

- Leyla, no la agobies que ya ha tenido bastante con tu padre. - Intervino Blanche, sonriendo.

- ¿Qué ha hecho mi padre?

- ¡Oh! Nada. Lo normal en él. Echarle en cara vuestra posición social y más o menos decirle que no es el tipo de persona que él quiere para su hijo.

- No le prestes atención, ____. Es pedante por naturaleza. Te llevarás mejor con mi madre. - Sonrió -. Con él hay pocas posibilidades de congeniar. Siempre es así de duro y estirado. Vamos anímate y alegra esa cara. Los demás estamos de vuestro lado. - Tomó mi mano y la apretó cariñosamente. - Bajemos a cenar. Ya está todo preparado. - Anunció.

Blanche y yo la seguimos y cuando llegamos a las escaleras, vi que Rubén me esperaba abajo. Cuando aparecí ante él, enfundada en aquel vestido, arqueó una ceja y sonrió. Al llegar hasta donde se encontraba, me dio la mano y me susurró al oído.

- Me muero de ganas por llevarte a mi habitación. ¿Dónde dormirás esta noche?

- Contigo. Tu madre ya sabía de tus intenciones. - Sus ojos mostraron sorpresa y rió.

La cena transcurrió en cierto modo más relajada que nuestra reunión anterior. Rubén y sus hermanos estuvieron monopolizando casi todos los temas, por lo que sus padres apenas hablaron. Nos preguntaron nuestros planes para el matrimonio y les dijimos que todavía no teníamos nada pensado. Entonces fue cuando los padres comentaron lo que les gustaría y les escuchamos atentamente.

- Podríais casaros y celebrarlo aquí. - Expuso su madre -. Tenemos muchas amistades y familiares que estarían encantados de asistir, si no os parece mal.

- Yo había pensado en algo íntimo y exclusivamente familiar, mamá. -Intervino Rubén -. ¿Qué te parece a ti, ____?

- Lo que os parezca bien a vosotros. - Respondí -. Sólo quiero ser feliz a tu lado, lo demás me da igual.

Rubén tomó mi mano y la besó. Todos sonrieron, a excepción de su padre, que seguía manteniéndose firme.

- Bueno, ____, ¿por qué no nos cuentas como os conocisteis Rubén y tú? -Preguntó Leyla.

Blanche arqueó una ceja y sonrió. Entendió perfectamente el apuro en el que me encontraba. Rubén me observó, con cara de póker.

- Pues nos conocimos en el hotel donde trabajaba Rubén. Una chica con la que tuve amistad, hace años, iba a celebrar su boda allí, por eso coincidimos.

- ¿Y quién se acercó a quién? - Preguntó Leyla interesada.

- Ninguno de los dos lo hizo en un principio. Respetamos las distancias, aunque mantuvimos un cruce de miradas continuo. Esa noche volvimos a coincidir en otro lugar y a partir de ahí comenzamos a vernos con más frecuencia.

- ____, por aquel entonces, estaba saliendo con un hombre, pero al final cayó en las redes de Rubén. - Dijo Blanche, divertida -. Supo cómo conquistarla.

- ¿Ah, sí? - Se interesó Chris -. ¿Y qué hiciste, si puede saberse? - Preguntó a Rubén.

- No pienso contártelo. - Rió -. Te conozco y sé que lo utilizarías en beneficio personal.

- Y tanto que lo haría. - Rió a carcajadas.

Chris tenía una risa contagiosa y al final, todos, incluyendo al padre, terminamos riendo. Al final, su progenitor no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia de que nuestra unión era fuerte y estable, así que nos aceptó. Comenzó a portarse de una forma más cortes, y por fin conseguí relajarme.

Después de la cena, seguimos charlando en la biblioteca, mientras tomábamos una copa y poco a poco todos se fueron retirando a sus respectivas habitaciones. Los primeros fueron sus padres y Leyla, y tras éstos, les siguieron Blanche y Chris. Ambos habían estado haciendo comentarios divertidos durante toda la velada y nos hicieron el final del día más agradable.

Cuando subimos a nuestra habitación, Rubén cerró la puerta con el seguro y me observó, de arriba abajo, de una forma tan erótica que me cortó el aliento.

Tuya En La Oscuridad - ADAPTADA -(Rubius,Samuel & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora