♡Capítulo 67♡

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Mientras tanto, Chris me había dejado en el centro de la ciudad. Le pillaba de camino hasta su consulta privada. Quedó en recogerme sobra las tres de la tarde, ya que a las dos y media cerraba su despacho. Le dije que sí, pero en el fondo no estaba segura si me iba a presentar o no. Tomé iniciativa, supongo que también empujada por lo triste y enfadada que me sentía, y entré en el centro comercial para comprar una grabadora. Lo haría yo sola. No sabía si lo conseguiría, pero al menos estaba dispuesta a internarlo.

Después de adquirirla, llamé desde un teléfono público a Mabel. No me atreví a hacerlo desde mi móvil puesto que no quería que supiese mi número nuevo. Pegué la grabadora al receptor, rogando para que pudiese coger la voz de Mabel.

—Quiero hablar contigo. —Le dije sin más.

— ¿Estás loca? No pienso acercarme a ti. —Me contestó, altanera.

—Tenía algo que proponerte, pero de acuerdo. Lo ignoraré sin más.

— ¿Qué quieres decir?

—Da igual. Acabas de decir que no piensas acercarte a mí, así que ni modo.

—_____, deja de jugar conmigo.

—Si me quitas la denuncia te lo diré.

—Retira tu demanda primero.

—No hasta que hablemos y solucionemos.

— ¿Qué hay que solucionar?

— ¿Cómo que qué hay que solucionar? Mabel, me violasteis.

—No sé de qué me hablas.

— ¿No?

—No.

— ¿Cómo puedes ser tan mala persona? Después de tantos años de amistad, parece que te ha dado igual lo que me obligaste a hacer. Habéis destruido mi vida...

Fingí que me ponía a llorar y decidí cortar la llamada. La conocía bien y sabía que ella siempre tenía que tener la última palabra. Aguardé minutos junto al teléfono público. Cuando volvió a sonar sonreí y tardé unos segundos en contestar.

—_____, ¿dónde estás?

—No te lo voy a decir. ¿Es que piensas que soy estúpida? Sé que no tardarías en enviar a Erick.

—No voy a enviar a nadie. Dime dónde estás y hablaremos de esto en persona.

—Reconócelo, Mabel. Reconoce que me violasteis. Hasta que no lo escuche por tu boca no te diré mi paradero.

— ¿Cómo sé que no estás sola y me estás tendiendo una trampa?

— ¿Una trampa? ¿Esto qué es? ¿Una película de serie B? Sabes... Yo te quería. Te quería mucho, Mabel. Adiós.

— ¡No! ¡Espera! Dime dónde estás. Te prometo que iré sola.

Lo pensé durante unos segundos y quedé con ella en un parque cercano al centro comercial donde había comprado la grabadora. Pensé que había acertado al elegirla a ella. Iba a ser mucho más fácil que con los demás. Jugaba con el hecho de que sentía algo por mí e iba a aprovecharme de eso.

Cuando nos encontramos en el parque, yo ya tenía preparada mi grabadora. No estaba en mi bolso, si no escondida en un arbusto.
No me fiaba de qué quisiera registrarme. Me eché a un lado y se sentó junto a mí. Durante unos segundos ninguna de las dos habló. Tan sólo nos dedicamos a mirar el paisaje que había frente a nosotras.

—Me sentía desesperada y no actué como debería. Lo siento. —Admitió-. Estaba tan enamorada de ti. Joder, _____. Todavía lo estoy.

— ¿Por qué te prestaste a esta locura?

—Porque te amo. Pensé que después de aquello, comenzarías a ver nuestro estilo de vida de una forma más normal y nos aceptarías como somos. Vamos, _____, ¿es que no lo disfrutaste?

—No. No me gustó. Me sentí sucia y utilizada. Yo nunca quise participar en algo así. Teníais que haber aceptado mi decisión y no haberme drogado.

—Reconozco que se nos pasó la mano. Erick nos convenció. De hecho, Samuel ni siquiera estaba al tanto de todo. Desde entonces, no ha vuelto a ver a Erick. Discutieron y su amistad se rompió. _____, por el amor de Dios, acabemos con esto. Retira la demanda y te juro que no volveremos a acercarnos a ti.

—Si la retiro, ¿quién me asegura que Erick no intente en otra ocasión y me vuelva a secuestrar y a violar?

—Yo te doy mi palabra de que no ocurrirá.

—Está bien, lo pensaré, pero quiero escucharlo de tu boca. Dilo, Mabel. Dilo una vez. Confirma que no he perdido la cabeza.

—Te drogamos y te obligamos a mantener relaciones sexuales. ¿Estás contenta?

—Sí. Ahora, déjame a solas. Necesito pensar.

—Dijiste que tenías algo que proponerme.

—Creo que después de nuestra conversación ha perdido toda la importancia. Ya no merece la pena.

Mabel me miró con tristeza y se machó. Cuando la perdí de vista, me aseguré que nadie me observaba, y tras estirar el brazo disimuladamente, cogí la grabadora y saqué la memoria que guardaba en su interior. La metí en el bolsillo de mi pantalón y tiré la grabadora de nuevo, tras los arbustos. Volvería por ella en otra ocasión, puesto que no me fiaba de qué me estuviesen espiando.
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Tercera parte! Un poco tarde ➡➡➡

Tuya En La Oscuridad - ADAPTADA -(Rubius,Samuel & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora