Capítulo 2

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Entraron en el plató de "Happy Hour" al ritmo de uno de sus éxitos, aplaudieron a la pequeña orquesta del programa y tomaron asiento. La interactuación entre Yulia y Lena fue bastante cordial, como les habían sugerido sus respectivos mánagers. Aunque estaban, aparentemente, más pendientes de lo que decía el presentador que de la otra. Yulia no pudo contener el impulso de llevarse a la boca un poco de la fruta que tenían frente a ellas, en una mesita, lo que dio pie a un momento divertido y tampoco lo dudó demasiado antes de decir "¿por qué extraño?", cuando el presentador comentó sobre los besos entre personas del mismo sexo.

Volkova siempre dejando constancia de su bisexualidad, pensó Lena, no le falta valor.

Como en casi todas las entrevistas que habían atendido a lo largo de su pasado musical como tATu, ese día tampoco se libraron del comentario de su lesbianismo falso como estrategia de marketing. Lena Katina se apresuró en contestar.

―Nunca dijimos que éramos lesbianas, nunca mentimos. Sólo dijimos que nos amábamos. Es un problema actual en Rusia y queríamos a apoyar a esas personas, que no se sintieran solas.

Olvidaste destacar que nos amábamos como familia, reflexionaba Yulia, no sea que alguien piense que pudo haber algo real entre nosotras.

Antes de finalizar la entrevista, el presentador preguntó a las chicas si se besarían esa noche en "la Voz".

―¿Por qué hacer los mismo diez años después? ―contestó Lena― Además Yulia tiene dos niños... nosotras siempre somos honestas. Si no tuviera hijos, quizá...

Aquellas palabras le dolieron a la morena. No porque a Lena no le gustasen sus niños, sino porque sabía que el hecho de haberlos tenido, en cierto modo, había coincidido con momentos muy malos entre las dos y con el final de su relación en 2007.

Cuando abandonaron el plató, las dos suspiraron aliviadas. Masha Petrova, la mánager de Yulia, se acercó a ella.

―Será mejor que volvamos al hotel y que descanses para esta noche. No se te ocurra gastar la voz hasta que vayamos al programa.

―Muy bien ―Yulia dedicó una última mirada a Lena―. Hasta la noche.

―Adiós, hasta la noche ―contestó la pelirroja. Tristram Buckley, su mánager, estaba con ella.

―Me alegra que todo haya ido tan bien. Habéis dado la imagen de dos viejas amigas que se reencuentran. El público estará encantado esta noche.

―Sí... dos viejas amigas... ―musitó Lena.

Lena estaba haciendo todo lo que podía para llevarse cordialmente con Yulia. Y el mensaje que la morena y su equipo le dedicaron en una red social por su último cumpleaños ayudaba mucho. Pero algo tan pequeño no podía borrar todo el dolor que había sufrido en los años que ambas fueron más que amigas. Aunque era consciente de que Yulia no era la única que había herido a alguien, la culpa era de las dos. Y pensar que todo comenzó de la manera más tonta y natural.

***

2001

Yulia le dio la noticia en la misma habitación en que le contó que estaban juntas.

―¿Así que se acabó con ella?, ¿no decías que Anya era una chica maravillosa? ―dijo Lena tratando de sonsacarla.

―Sí, lo es... pero no sé, no estábamos hechas la una para la otra.

―A lo mejor es que te equivocaste y no te gustan las chicas.

―No Lena, no me equivoqué. Tengo muy claro que sí me gustan ―le aseguró acercándose a ella con sus ojos azules clavados en los suyos. Lena tragó saliva y se echó un poco hacia atrás. ¿Por qué se sentía acalorada?

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