Cita por amor

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Corriendo como era costumbre rumbo al instituto, ya estaban por cerrar la reja de la entrada; Ranma saltó ágil como un gato, pero Akane se tropezó, cayendo de panza irremediablemente y en el proceso gimió.

Ranma al ver que su prometida se había lastimado regresó por ella, ayudándola a incorporarse. Akane tenía los ojos llorosos, la verdad el golpe si le había dolido.

—¿Estás bien? —interrogó Ranma, preocupado al ver esas lágrimas.

—Sí. —Akane se pasó el antebrazo en sus ojos para secarse, no quería que Ranma la viera llorar por el golpe. Eso sería humillante.

—Bueno —Ranma ladeó la cabeza a otra parte para no verla—. Pero por tu culpa ya no entramos a clases.

—¿Mi culpa? —Exclamó la joven Tendo, mirando molesta a su prometido—. ¡Tú que siempre te quedas dormidote!

—Pero yo no me caí, torpe —Ranma le enseñó la lengua.

—Pues nadie te pidió que regresaras por mí —Akane imitó el gesto.

—Eres una insoportable, Akane, uno que se preocu... —Ranma calló ante lo que iba a decir.

—¿Y ahora qué hacemos? El examen de matemáticas es hoy... —Akane se dejó caer abatida, arrodillada en el pavimento haciendo que la falda de su uniforme formara un perfecto círculo—. Voy a reprobar.

—Bienvenida a mi mundo —Ranma le daba igual, lo poco que estudió en la noche ya se le había olvidado.

Akane fulminó con su mirada al chico de la trenza.

—Ya, ni que fuera para tanto, verás que en el siguiente examen te recuperas... ya sé, le decimos a Nabiki que nos consiga un justificante donde diga que estamos enfermos...

—Yo no soy esa clase de persona, Ranma, y lo sabes —la propuesta del ojiazul la hizo enfurecer.

—Bueno, yo nomás decía —se defendió el chico que llevó sus manos tras la nuca, entrelazando los dedos. Cerró los ojos.

Akane dejó escapar un largo suspiro de pesadez. Se incorporó, sacudiéndose el uniforme, ¿ahora qué haría?

Ranma entre abrió su ojo derecho, visualizando a su prometida, se notaba preocupada por el dichoso examen. Hizo una leve mueca de enfado al recordar que desde hace dos semanas, Akane se había dedicado dos horas diarias a estudiar para el examen. Abrió por completo los ojos, y dejó escapar un suspiro al recordarla tan concentrada en esos tediosos libros, se veía muy linda, y como fruncía el ceño cuando no le entendía y luego lanzaba el cuaderno al suelo para unos segundos después recogerlo y volver a su trabajo.

—Linda —susurró.

—¿Dijiste algo? —Akane había escuchado el murmullo.

—¿Eh? ¡No, no, nada! —Ranma colocó sus manos a la altura de su cara, mostrándole las palmas a Akane mientras las agitaba en un gesto desesperado porque ella no hubiera escuchado lo que había dicho realmente.

—Sí tan solo el maestro Kariyama me permitiera hacer el examen otro día... pero... pero es tan cerrado... —la peli azul bajó la cabeza, derrotada.

—Qué no el profesor Kariyama tiene fama de gustarle las jovencitas... —Ranma se frotó la barbilla al tiempo que visualizaba el cielo, recordando los chismes de pasillo sobre dicho profesor y como muchas estudiantes lo repudiaban.

—No lo sé, y no me gustaría averiguarlo, prefiero antes reprobar que andar de rogona —su prometida se cruzó de brazos a la altura del pecho y frunció el ceño.

Colección de One-shots de Ranma 1/2 ¡Finalizado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora