Se acaba.

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 Belén.

Corrí como nunca lo había hecho, corrí, corrí y corrí, pare en un semáforo en rojo, me incline y comencé a vomitar, sentía asco, asco hacia mi, asco hacia Tony y hacia todo. No soportaba más, sólo quería llegar a mi casa, y llorar, y dejarme morir, no sabía que hacer.

Seguí corriendo cuando me pude recomponer, seguí hasta llegar a mi casa, ya no era capas de respirar, me sentía morir por dentro, me estaba ahogando, pero ya terminaría con este dolor, terminaría con todo el dolor de una buena vez, se acabaría todo.

Entro en casa, y pregunto por sí hay alguien, como esperaba, está vacía, al igual que yo en este momento, subo las escaleras con ansias de acabar de una buena vez, entro en mi habitación, y busco entre mis cajones la navaja, quitó mis zapatos y hago un corte en cada uno de mis malditos tobillos, para que al caminar, me recuerde lo poco que importa mi miserable existencia. Veo la sangre emanando de mis tobillos, la purificación del acto me atormenta, quito mi playera, y hago cortes en mi estómago. Pequeño bebé, ¿que culpa tiene él?, ¿por qué no podrás nacer?, no importa ya su futura existencia, todo llegara a su fin. Gimo de dolor cuando toco las heridas en mi vientre y comienzo a caminar al baño. Dejo correr el agua en l bañera, esperando a que esta se llene. Un vez lista, me desprendo de toda la ropa y accesorios, marco el 911, y anuncio una catástrofe, llegarían por mi, pero yo ya me habría ido. Entro en la bañera, el agua helada me cubre por completo, hago dos grandes cortes en cada brazo de forma horizontal, y hago dibujos profundos en mis piernas. El agua rápidamente se tiñe de color, es algo perfecto, dejo la navaja en el suelo, y espero caer pronto en los brazos de Morfeo.

Veo como corre la sangre, como cae al agua, como mancha el suelo, noto como el sueño me envuelve, como mis ojos se empañan de lágrimas, como mi respiración comienza a convulsionar, y escucho una sirena de ambulancia a lo lejos.

Te quiero Tony.



 Tony.

En cuanto me sentí sobrio comencé a buscar las llaves de mi coche, tenía que ir por Belén, tenía que explicarle, tenía que abrazarla, besarla y amarla por el resto de mi vida.

Me subí al coche, y comencé a conducir rápidamente hacia su casa. Estaba llegando, pero lo único que veía eran luces de ambulancia y gente de trajes blancos, no entendía nada, y me estaba imaginado lo peor. Aparqué rápidamente el coche, y baje corriendo hacia donde se encontraban aquellos hombres.
Uno de ellos habla por celular.

-Si, la misma chica que nos aviso del incidente-espero a que le respondieran-La encontramos muerta en la bañera....

Después de eso no logre escuchar más, intente correr hacia la casa, pero los policías que estaban ahí me detuvieron, comencé a gritar, los golpee, y me logre soltar. Entré corriendo, subí las escaleras, y llegue a su habitación, lentamente camine hacia el baño, y al abrir la puerta se encontraba mi pequeña y hermosa Belén, cubierta de rojo carmín y con los labios morados.

Comencé a sollozar, pero en menos de un segundo ya no podía contenerme, y los llantos comenzaron a brotar de mi haciéndome convulsionar de dolor, la imagen era muy fuerte. Era la chica a quién amaba, era ella la que se encontraba muerta frente a mi, muerta de una manera horrible. Sentí la mano de un hombre apoyarse en mi hombro, y comenzar a levantarme, luego todo se fue a negro.

El amor en tiempos de depresión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora