El amor en tiempos de depresión.

Creo... ¡Creo que si!

 Belén.

Mi emoción era máxima, las lágrimas mojaban mi cara, y no podía ni respirar, mi corazón palpitaba rápidamente.

-Que dices, ¿quieres ser mi novia?-volvió a decir Tony con el ramo de tulipanes estirados hacia mi.

Estaba muriendo por dentro, debatiendo entre decir si o no, y me pregunte, ¿qué tan malo puede ser decir que sí? , Entonces sin pensarlo más y ya un poco estresada con los gritos de todos diciendo "di que si", simplemente dije.

-¡Si!-de una forma emocionada, con una voz de emoción y expectación que jamás había usado hasta ahora.

Entonces se acercó rápidamente a mi, y olvidando el ramo de tulipanes y olvidando todos los ojos que nos observaban, me tomo de la cintura y me beso como nunca antes. Sus dulces labios se unieron inmediatamente a los míos, haciéndolos danzar en un apasionado beso, le quería, y le quería muchísimo, pero eso me asustaba. Me asustaba que luego me dañara, soy tan débil que eso terminaría de matarme, me derrumbaría y no podría seguir adelante. Me estaba enamorando, y esto es un gran problema, porque realmente me estoy enamorando.

Luego de más o menos un minuto nos separamos para luego fundirnos en un tierno abrazo, donde todos y sin excepción soltaron un suspiro. Entonces Tony me susurro al oído.

-Por fin eres mi novia, ya no te dejare, hasta el final- entonces yo repetí.

-Hasta el final

Nos besamos una vez más, para luego recoger los tulipanes que habían caído al suelo, el me los entrego.

-Sabía que eran tus favoritos-sonreí.

Tome el dulce olor de los tulipanes, amaba estas flores. Ambos nos tomamos de las manos y luego comenzamos a caminar, mientras las personas caminaban riendo y suspirando atrás de nosotros. No podía creer que fuera novia de un chico como Tony, esto es tan irreal, sus verdes ojos y su castaño cabello hacia que mi mundo se volviera más feliz, cosa que costaba la mayoría de las veces.

Hoy ya se cumple un mes de la muerte de mi padre, y aún no se sí estoy feliz o triste por eso, aún no me puedo dar cuenta de porque era que el no me apreciaba. Julia, mi madre, dijo que iríamos hoy al cementerio, cosa que odio porque le tengo pánico a los cementerios, de tan sólo pensar que llegara el momento de estar metida en una caja, varios metros bajo tierra, eso me espanta.

-¿Qué sucede Be?-pregunta Tony sacándome de mis pensamientos.

-Estaba pensando en que hoy se cumple un mes desde la muerde de mi padre-torcí los labios.

-Tranquila, te acompañare donde necesites-me acerque a besar su mejilla, sentí mis mejillas arder luego de separarme-amo cuando te sonrojas, aún que me cueste un poco lograrlo-sonrió él, yo reí-¿de qué te ríes?

-Creo que te sonrojas más seguido que yo-seguí riendo, y si fuera por arte de magia él se sonrojó, yo reí más alto-¿lo vez?, Es tan fácil hacerte sonrojar-apreté una de sus mejillas.

-Es mentira-protesto como un bebé-yo no me sonrojo fácilmente.

-¡Hey chicos!-escuchamos a alguien llamarnos desde atrás, ambos giramos.

Atrás venía corriendo Julián, sonreí, el ya se había dado cuenta. Julián llegó hasta nosotros, miro nuestras manos entrelazadas y sonrió ampliamente.

-Así que sí es verdad-sonrió-los felicito-chillo como nena-oh, como has crecido hermanita, y tu amigo-dijo extendiendo su mano hacia Tony, quien la recibió con gusto-Estas advertido querido Tony, le llegas ha hacer algo a mi hermanita y te corto las bolas-comencé a reír por lo bajó mientras Tony tragaba fuerte-tu solo me dices hermana-me guiñó un ojo y luego se fue.