Capitulo 13

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CAPITULO 13


RAY

Mi madre llega y cuando menos me doy cuenta, el flash nubla todo aquello que estaba observando. Vuelve a tomarme otra foto con Sam y la segunda no ha quedado tan mal, pero la tercera ha sido la foto perfecta. Los ojos de Sam están resplandecientes, una larga sonrisa le llena el rostro y lo tiene un tanto ladeado, me está mirando y su cabello ha quedado perfectamente arreglado, el fondo quedó negro y lo único que se observa es el cielo lleno de colores, mis brazos están alrededor de su cintura y él con sus dos brazos me abraza con fuerza, de veras ha sido la foto perfecta y sin duda alguna será la que estará en el portarretrato. Después de un tiempo volvemos a entrar a la casa y continuamos en la fiesta, bailamos unas cuantas canciones y al cabo de dos o tres horas decidimos salir a dar un paseo por el barrio. Son las cuatro de la madrugada cuando volvemos a casa, mi madre está borracha, saluda a Sam de un abrazo como si recién hubiese llegado, le traemos algo de comer y nos dirigimos nuevamente a la sala, donde el resto de la familia se encuentra sentada y charlando, mis primos, quienes son de mi misma edad están en un círculo separado a los más adultos, así que me dirijo hacia donde están y tomada de la mano de Sam, me siento a su lado.

-Era una zorra, yo que les digo –Dice Zac, mi primo mayor.

-¿De quién hablan? –Pregunto.

-Ah, solo de una chica de Nueva York –Responde mi prima.

-Sí, se llama Lucy... Estamos intentando recordar su apellido.

-¿Cowell? –Pregunto de la nada.

-¡Si! Esa, ¿La conoces? –Dice Zac y Sam voltea a verme, yo asiento con la cabeza y todos comienzan a reír. Al cabo de un tiempo cambiamos de tema y comienzan a preguntar por Sam. Disfruta ser el centro de atención. Le gusta que le digan que es mi primer novio y en realidad se goza cuando le preguntan si piensa dejarme, el niega con la cabeza y me mira. Mantengo silencio hasta que mis primos le recuerdan que soy una tonta, creo que la familia entera piensa eso, me causa gracia, porque cada vez que lo dicen recuerdan lo que sucedió con el poste. El resto de la madrugada estuvo llena de carcajadas con mis primos y Sam, unas cuantas cervezas y varios pasa-bocas que se acabaron más rápido de lo que pensé. Cuando me doy cuenta el sol ha salido y Sam me ha dicho que ya está cansado, la verdad es que estoy muriendo del sueño, pero no quería decirle, por lo que nos despedimos de los chicos y justo antes de salir Zac grita:

-¡Hey Sam! –Ambos volteamos el rostro y él continua –Espero verte el próximo año en navidad –Sam asiente y le regala una sonrisa de despedida.

-Así será –Responde y nos marchamos.

Nos despedimos de mi madre y de la familia que aún no se ha ido, miro mi móvil y veo que son las seis y media de la mañana, por suerte, estoy más sobria que Sam y conduzco hasta casa, los ojos se me cierran y se convierte en una lucha de cuarenta y cinco minutos en el auto. Cuando llegamos le doy un beso a mi chico y lo recuesto en la cama, le quito la ropa y deslizo mis dedos por su piel desnuda, le pongo una camisa limpia y busco una pantaloneta con la que se queda dormido. Al cabo de unos minutos me cambio también y caigo en un sueño profundo.

25 DE DICIEMBRE

La mañana después de navidad no es como lo pensaba, la lluvia es lo primero que observo cuando abro los ojos, el viento suena y las cortinas vuelan, me levanto rápidamente y cierros las ventanas, sin embargo, ya es tarde, el piso está repleto de agua.

-¿Que ha pasado? –Pregunta Sam abriendo los ojos.

-El agua se ha entrado –Volteo a mirarlo, se ve realmente adorable, su cabello está despeinado y se está desperezando cuando lo veo –Iré por algo para secar – Continuo.

-No, déjalo, yo te ayudo.

Sam se levanta y se dirige a la cocina, miro mi móvil y sorprendentemente son las tres de la tarde, me devuelvo a la cama y me meto entre las cobijas, el frio que está haciendo es impresionante, por lo que me quedo en posición fetal. Cuando llega Sam limpia el agua y vuelve a salir, al cabo de unos minutos se recuesta a mi lado y me abraza por detrás, así permanecemos un largo tiempo. Los dos tenemos hambre, pedimos una caja de arroz chino y comemos más tarde. Harry va a casa a eso de las 5 de la tarde, vemos una película los tres y comemos palomitas. Sam y Harry comienzan a llevarse bien, y de hecho se han hecho bromas, cosa que hasta hace un mes no habrían hecho.


¿Y si mañana fuera tu último día? // Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora