EPILOGO

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EPILOGO

3 AÑOS DESPUES

SAM

-¡Sam! ¿Vendrás a mi ceremonia de graduación? –Grita Caroline.

-Por supuesto, ¿Qué creías? –Respondo apareciendo por la puerta y continuo – Has tenido que repetir un año escolar por dormir tanto, no me la perdería.

-Eres un imbécil, ¿Ya te lo había dicho? –Dice ella y me sonríe.

-Muchas veces –Respondo y la abrazo antes de salir de la habitación.

Mi hermana me saluda desde la tarima cuando escucha su nombre y yo le muestro el dedo del medio, le sonrío y ella me saca la lengua con un gesto de niña pequeña. Rachel se viene a mi mente. Han pasado dos años desde que dejamos de intentarlo, dos años en los que hemos hablado escasamente dos veces. Su nombre se ha apoderado de las redes sociales y ahora es de los más importantes en el periódico de Londres The Sun. He leído unos cuantos artículos con su firma y todos son igual de impresionantes.

Mi madre abraza a Caroline en cuanto ella vuelve a llegar a nuestro lado. Yo la tomo por detrás y la agarro entre mis brazos, mamá nos toma una fotografía y luego salimos directo a la cena de celebración. La relación con mi mamá ha tomado un giro positivo desde hace año y medio. Ahora suele visitarnos cada fin de semana y Carol ha llevado de la mejor manera su accidente. El abuelo partió hace tres años tal y como los doctores lo anunciaron. Al día siguiente fui a visitarlo y pude darle mis últimas palabras de agradecimiento. Minutos después cerró los ojos y comenzó su viaje hacia lo desconocido. Hace ya varios meses estoy trabajando en mi propia empresa que me da los suficientes ingresos para vivir con Caroline. Mi cargo como gerente lo he ejercido de una manera increíblemente responsable para ser Sam Wisley. El apellido de mi padre lo he vuelto a usar y desde la partida de Ray no he vuelto al pub. Mentiría si dijera que ya la he olvidado. La verdad es que jamás olvidare la sensación que conocí en sus brazos. Nunca podre alejar de mi memoria el sentimiento que Rachel me ha enseñado, el sentimiento que sigue viviendo pero que ya no brota más flores de las que ha dejado. El sentimiento que sencillamente reviviría si nuestros rostros se vuelven a chocar.

El café se estaba enfriando, mi madre había llevado a Carol al salón de bellezas y yo me quede en la cafetería en la que Ray solía almorzar. Liss y los chicos se fueron hace media hora, pero yo me he quedado y he abierto la primera página del libro que por fin me he atrevido a comprar.

"El par de ojos azules y la mirada rígida que la conquistó formaron la mejor combinación para la historia que inspiró las 509 páginas anteriores. La amante que se encontraba en la capacidad de arriesgar, protagonizó comportamientos impetuosos y totalmente apasionados con tal de acreditar la ligadura atada a su inquebrantable e inflexible amor. El joven enamorado buscó convertirse en un protagonista desafiante contra la sociedad y los regímenes que lo limitaban de amar con todas sus fuerzas. Regímenes que buscará destruir para comprender la fuerza generadora capaz de convertir la atracción en destrucción. El fantástico, mítico y soberbio sentimiento es tan capaz de retorcer cada uno de los pensamientos de una persona hasta el extremo de convertir las drogas, el alcohol y un sándwich neoyorquino en el maravilloso inicio de mi mejor aventura en el amor. El indescriptible momento revuelve las emociones que deberían ser plausibles frente a un mortal sin cualidad destacable y las compara frente a los placeres de la vida hasta convertirlos en una historia totalmente paralizante. Entre tantas letras escondidas, se encuentra el placer por escribir a cerca de algo de lo cual has sido testigo, o incluso has vivido. El cuerpo se inclina hacia adelante como algo ahínco, casi queriendo darle un beso al folio en blanco, confesando amor eterno a las letras y su significado, confesando el amor que quizá se sintió por alguna persona, el amor que se guardó y el que desato con cada silaba pronunciada en este escrito."

Una lágrima cae en la última página donde el nombre de Rachel Thomas firma el libro: número uno en ventas según el New York Times. Cierro la pasta y me quedo observando la portada por unos minutos. El tatuaje que me he mandado a hacer en recuerdo a ella decora mi muñeca. La R encerrada en un corazón que se va desvaneciendo y transformando en plumas me roba una sonrisa.

Me levanto de la mesa y pago el café. Ya ha oscurecido, salgo de la cafetería y comienzo a caminar con la esperanza de despejar mi mente. La lluvia me atrapa a mitad de camino, me dirijo hacia el lugar donde he estacionado mi auto pero me detengo cuando veo a una chica resbalar por el agua. Apresuro el paso y la atrapo antes de que caiga. Me cruzo con un par de ojos marrones y pelo castaño que me traen millones de recuerdos a la mente. Esbozo una sonrisa ante la linda chica y relaciono sus aspectos físicos con quien alguna vez formó parte de mi vida y que ahora, lo hará siempre.

-¿Estas bien? –Pregunto varios segundos después de haber conectado nuestras miradas.

-Si –Responde la chica –Gracias.

-No fue nada –Digo y la ayudo a enderezar.

Nuestras miradas no se separan por varios minutos, la chica se sonroja y sonríe, su dentadura es bastante hermosa, su cabellera marrón combina con sus ojos, trasmite aquella energía que ella me hacía sentir y su timidez la hace realmente dulce.

-Soy Sam –Digo por fin rompiendo silencio.

-Soy Mary –Responde ella.

Comenzamos a caminar hacia la misma dirección, y por varios minutos olvido que mi auto se encontraba del otro lado. 

¿Y si mañana fuera tu último día? // Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora