Capitulo 20.

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Capitulo final y epilogo dedicado a Mallerly Prada, quien leyó la novela de principio a fin y me ayudó a organizar mis ideas. 


CAPITULO 20

DICIEMBRE 31 12:00 A.M.

RAY

La música estaba a todo volumen, los pasa bocas estaban a punto de agotarse cuando entra un hombre con traje de camarero y se acerca a mi tía: Dueña de la casa. Seguido a esto deja entrar dos camareros más que traen bandejas en sus manos, observo de reojo y me pierdo entre la gente. A veces tener una familia tan grande suele ser un poco tedioso, pero es en estas fechas cuando entiendes que también puede ser lo más fascinante. Mi madre se encontraba abrazando a cada uno de los familiares que se encontraran a su lado justo antes de empezar a caminar en mi dirección con una sonrisa de oreja a oreja, es una mujer exitosa en todo sentido de la palabra. Cuando tenía nueve años su hermano de 22 años falleció, y esto la impulsó a cumplir el sueño que él aspiraba lograr, y lo hizo, también se convirtió en una de las mujeres más adineradas de Nueva York.

-Feliz año nuevo mi Ray –Dice mientras me estrecha contra sus brazos.

-Feliz año nuevo mamá –Respondo.

-Te quiero, ¿Lo sabes?

-Claro que lo sé mamá –Su mirada cambia en un segundo y con la cabeza gacha vuele a sonreír.

-Cuanto desearía que tu padre estuviese aquí...

-Si... Yo también.

-Me alegra que lo hayas traído –Dice mi madre y ambas volteamos a mirar.

SAM

-Feliz año nuevo Rachel –Susurro en su oreja cuando la tomo desprevenida y la abrazo por detrás.

-Feliz año nuevo Sam –Dice ella y me besa en los labios.

Llevo quince minutos hablando con Zac en una esquina de la casa. Ray está con su madre la mayoría del tiempo y cuando por fin su primo se ha levantado de su asiento, me apresuro por volver al lado de mi chica. }

-Demonios, ¿Por qué no me has ayudado? –Digo en cuanto la tomo de la mano.

-Pensé que te divertías –Responde ella esbozando una pequeña sonrisa.

-Pues te equivocas –Digo y beso la comisura de sus labios.

-¿Te das cuenta de que mañana se cumple un año? –Pregunta.

-Por supuesto, ya he reservado una mesa para dos –Digo y veo como sus ojos se iluminan.

Me quedan dos días para disfrutar junto a la mujer que amo, dos miserables días para sentirla entre mis brazos. Cuando se vaya para Londres escasamente voy a poder verla al pasar quince o veinte días, incluso quizá ni se den las cosas. El solo hecho de pensarlo hace que sienta una punzada en el estómago, y como era de saberse me dan ganas de botar todo a la mierda y montarme en ese avión con ella. Más sin embargo, tengo que estar aquí en Nueva York para llevar a Caroline a casa nuevamente. Rachel me ha dicho que podremos hablar por video llamada e intentar hacer que las cosas funcionen. No obstante, cuando le pedí que aceptara el empleo sabía que todo se daría por finalizado. No pensé en cómo me beneficiaria a mí la decisión sino que por el contrario pensé únicamente en ella. Cuando me fui para el baño lloré como un imbécil. Lloré como el imbécil que he sido durante este año y el idiota en que me he convertido desde aquél sándwich que vendían cerca al central Park. Cada lágrima era proveniente de los recuerdos que había vivido junto a ella, recuerdos que en ese momento había decidido sacrificar para que Rachel pudiese tener un futuro y una vida tan plena como debería tenerla. Ahora, este 31 de diciembre será el recuerdo más fresco que tendré a su lado. Será el momento en que sonreiré de la manera más pura y real. Será en definitiva el día en que me grabare la sutil curva que los labios de Rachel adoptan cuando sonríe. Y lo más tristemente convincente es que será el último día en que voy a poder disfrutar de alguna celebración presentándola a ella con orgullo como mi novia. Londres será un sueño hecho realidad, y yo habría pasado mil años culpándome si ella no tomara el avión en el que se montará en tan solo unos escasos días.

Rachel se abalanza a mis brazos cuando los fuegos artificiales comienzan a hacerse visibles en el oscuro cielo. La familia entera sale y se ubica en el puente que conecta el lago con la casa y disfrutan del espectáculo. Los ojos de mi chica están conectados con el cielo mientras los míos detallan cada aspecto de su sencillo pero hermoso rostro. Cuando se percata de que la estoy observando acerca su mano y toca mis pómulos. Comienza a acariciar cada parte de mi cara hasta que sus dedos se ubican en mi cabellera. Me acerco a ella y la beso saboreando cada partícula de su boca. Me grabo el sabor de sus labios y lo archivo en la carpeta de los mejores lugares que he visitado en mis escasos años. Por fin descubrí el lugar que me haría feliz por el resto de mi vida. Descubrí sus brazos y lo inmensamente feliz que me hacían. Pero también así, descubrí la verdad de los dichos que tanto me habían perseguido a lo largo de mi vida. Entendí aquello de dejar libre a lo que se ama y dejar de pensar en mi propio bienestar para concentrarme más en lo que a la persona que más quiero en el mundo le podría beneficiar mejor. Entendí los grandes misterios que me brindaba el universo y conocí las incontables maravillas que el amor podría brindar a mi vida. Entendí millones de cosas estando solo en sus brazos.

Viví experiencias nuevas cuando por primera vez pude sentir su cuerpo desnudo, me concentre en las aventuras que abarcaba cuando la besaba y me enamoré perdidamente de los pequeños detalles que más me mataban.

Ray estaba entre mis brazos observando los colores que el cielo le regalaba por unos segundos. Yo me encontraba en cuerpo a su lado y en alma destrozado. Sencillamente Rachel Thomas se apoderó de todos los demonios que en algún momento salieron, los domó de la manera más cautivadora y los calmó de la forma más sincera y admirable de todas: Siendo ella misma. Me convirtió en alguien totalmente irreconocible y como la prueba más verdadera de todas me brindó la valentía para dejarla marchar en busca de un sueño hecho realidad.

Finalmente me encuentro en este lugar, rodeado de personas que en un principio habría despreciado sin arrepentimiento alguno. Observando a la mujer que me ha dejado sin sentidos y asimilando la idea que hasta el día de hoy no quería aceptar en mi mente. Nuestra historia tuvo la mejor de las enseñanzas. Y en un tiempo el destino nos dará la evidencia viva y presente de lo que nuestra relación fue. La vida se encargará de demostrarnos que después de nuestro primer amor, llegará nuestro amor verdadero. Y jamás cambiaria en lo absoluto, que el nombre de Rachel y el mío, se hayan cruzado por el mismo camino. Jamás cambiara en lo absoluto, haber conocido a la chica que me ha robado todos los suspiros. 

¿Y si mañana fuera tu último día? // Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora