Relato 20

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Relato 20
"Pingüinos y Cuervos"


"Si todo sale bien, seré el pingüino que a paso tonto te acompañe en cada aventura. Pero si las cosas no salen como lo planeado, tendrás que conformarte con que sea el fiel cuervo que te persigue a todo lugar".

Esa ha sido sin duda la mejor carta que recibí en toda mi vida y vino de manos del hombre al que amo, ¿qué más puedo pedir?

—La carta... —miro el interior de la limo y lo observo a él que iba calmado hasta que mencioné la carta—, ha sido genial, Jay. Quería que lo supieras.

Él me enseña su sonrisa mientras acaricia el dorso de mi mano. Èste momento es de esos en donde te sientes feliz de no saber qué será lo próximo, de esos en donde en vez de preguntarte cuando vendrá lo próxima ola comienzas a disfrutar del movimiento suave del mar.

—Gracias, Ally, por enseñarme que hay felicidad después de la tristeza. —Él baja su mirada y luego me mira con los ojos empañados.

Creo que pretende matarme, tengo el corazón más blando de la tierra y Jerome quiere ablandarlo más.

—Eso fue demasiado serio para salir de ti. —río y poso mis labios en su mejilla por unos segundos.

¿Por qué en la mejilla? Estamos agarrados de la mano, ya acordamos que mientras todo esté bien estaremos juntos de esa manera, pero ninguno quiere avanzar.

Creo que es por el deseo de que sea perfecto, besarnos mientras las mariposas vuelan y la luz de la luna nos ilumina. Algo demasiado cursi que no sucederá, pero aún así me aferro al pensamiento de que cuando tengamos hijos y nos pregunten de nuestro primer beso podremos decir algo más que "en una limusina".

—Acabas de arruinar el momento, Alice. —Me muestra un rostro de falso enojo mientras achina los ojos y apreta mis manos por un segundo.

—En realidad, te salvé de que te hundas solo —enarco una ceja y sonrío—. Y no me digas Alice, parezco vieja.

—Nick te dice Alice, ¿por qué yo no puedo decirte Alice?

Mientras habla me llega un aroma peculiar, un aroma que me estremece. ¿Qué es eso? Ah, sí, celos.

—No lo puedo creer, Señor RedMoon, ¿está usted celándome? —Río y lo empujo con suavidad.

—No te estoy celando —rueda los ojos—, solo estoy remarcando el hecho de que le das a Nick lujos que a mí no.

—¿Decirme Alice es un lujo? No te preocupes, Jerome, tú tendras otros tipos de lujos que nadie más tendrá —le susurro con picardía.

—Ésa si fue una buena referencia sexual. —La limusina se hunde en nuestras risas y tras eso yo quedo ruborizada.

Definitivamente esto de ser la calenturienta no es lo mío, yo nací para ser un ángel de Dios.

—¿Ves?, ¡estoy aprendiendo! —La falsa emoción llena mis palabras.

Poco a poco nos acercamos a la mansión, ninguno de los dos dice palabra debido a que nuestros silencios no son para nada incómodos. Es bastante tarde, pero aún tengo mis dudas así que saco mi teléfono celular de mi bolsillo trasero y lo enciendo.

Al encenderlo la foto de Ham, Jerome y yo en la cama hace su aparición en la pantalla del celular. Jerome no sabe que la tengo como protector, y tampoco la va a saber en tiempos próximos.

Recuerdo mi objetivo de mirar la hora y de manera efectiva el reloj marca las 2:48 am.

Patrick y Harper ya deben estar dormidos, así que imagino que tendremos que entrar en silencio.

Vivientes Sin Vida [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora