El ojiverde paró sus movimientos, alejándose un poco para mirar a un Luke, sonrojado, con la boca entreabiertas soltando jadeos pausados y como su mirada azulada brillaba.
-D-dios Mikey, eres perfecto b-bebé – tomó por desprevenido el rubio, sonriéndole. El teñido se sonrojó demasiado, cubriéndose el rostro sentándose al lado de Luke acomodando después su falda.
- ¿S-soy el chico d-de tus sueños? – tartamudeaba Michael, el rubio no podía con aquella adorable criatura, sólo quería llenarla de besos y cariño... o de otro tipo de cariño tal vez, en definitiva Mike era perfecto, una definición exacta del chico de sus sueños.
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