La chica se acercó con cautela a la cama, para luego subirse y colocar cada una de sus piernas a los costados del chico pálido, haciéndolo removerse un poco entre las sábanas. Este, de a poco fue reaccionando, para saber quién estaba encima de él.
- ¿Lukey...? – susurró suavemente Michael, acostándose completamente en la cama.
Arzaylea colaboró con un voto de silencio, esperando segundos eternos mirando al teñido en la oscuridad de aquella habitación, un rápido movimiento hizo que cubriera su boca para acallar cualquier queja, pero en vez de gritos de pánicos como ella se imaginaba, salían risas incrédulas de la boca de Mike.
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