Creía que su ex–novia estaba loca, pero tampoco al punto de asesinar a alguien, y sí, sabía que cometía infidelidad, que cualquier cosa la podía asumir, pero ella, atacó el punto débil de Luke, y aquel era Michael.
Él no podía pedir justicia, porque no le importaba. Él quería a Michael, junto a èl, besándolo y abrazando la pequeña figura a comparación de su cuerpo de su amante.
Y lo único que pedía, era que aquella chica, que alguna vez llamó novia, era que nunca, pero nunca, que Arzaylea se volviera a acercar a él.
Se escuchó escándalo en la casa, Arzaylea no quería ser llevada por la policía, intentaba no pasar por aquella puerta, pero los oficiales la empujaban prácticamente para llevarla a la patrulla – Tiene derecho a guardar silencio – gritaban exasperados los uniformados.
- ¡Lukey! – Chillaba la chica morena – ¡Amor, ayúdame con estas bestias!, ¡Luke!
Sólo le dio una mirada de disgusto y asco, para ver como acto seguido era arrastrada al carro policial. Aun chillando que la sacara y que fueran felices juntos, la chica estaba muy loca.
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