03 a.m.
Oí un ruido que sonaba como una puerta que se abre.
Seguí caminando hacia el abismo negro de un pasillo.
Paso a Paso.
Entonces supe que no estaba sola.
Presa del pánico, me escondí en el armario.
Mi corazón latía fuera de mi pecho.
Los pasos crecieron a medida que mi respiración se hizo más fuerte.
Este sentimiento de miedo era abrumador. Algo iba a venir hacia mí.
Yo sabía que debería haberme quedado en mi ataúd.