Este fue el trabajo de seguridad más fácil en el que había trabajado.
Una propiedad abandonada y vieja.
Los niños habían hecho tanto dinero antes de que se les haya permitido su herencia que cuando murieron los viejos, me pagaron para tener la jardinería hecha, y para el mantenimiento de la propiedad.
Todo menos el relleno del anciano y dejándolo en la casa para que los nietos puedan visitar .
Caminaba alrededor de la propiedad tres veces por noche y por otra parte hacía lo que quería, sin perder de vista el repuesto en la cámara donde se alimentan los niños de la vecindad más aventureros.
Bueno, un día se fue la luz, que significó que es hora del protocolo B, que aumentó mi noche a caminar cinco veces por noche y tan bien porque mi Netflix estaba fuera.
Pero es raro, a las 3:32 de la mañana estaba caminando por el lugar polvoriento y a las 03:33 entro en un salón de baile ardiente donde los viejos sacrifican a un niño delante de la chimenea.
Y cada rostro enmascarado en la sala de repente se vuelve a mirarme a mí.
