-Oye, Bee- lo llamó Gyuki, observando como el moreno se estiraba en el sillón del salón de su extravagante casa de verano.
-No me vengas a abrumar, mejor déjame descansar-rapeó el moreno, acomodándose sus inseparables lentes de sol.
-Je, no te negaré un descanso. Es que el lugar está bastante callado sin Naruto y su familia- explicó el Hachibi, acomodándose también en uno de los sillones.
-Yho. Los niños tenían tanta energía que a veces dolía, pero al final pondrían toda su autoría-asintió de acuerdo su compañero.
-Sí... Uno llega a extrañarlos- sonrió Gyuki, entrecerrando los ojos, recordando aquella despedida...
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En una de las pocas playas de la isla, donde estaban el barco de Konoha y el de Suna, Himawari empezó a llorar.
-Vamos, Himawari- le sonrió Hinata, acariciando su cabello negro.
-Pe-Pero...- hipó la pequeña, restregando sus ojitos- ¡No quiero que se vayan!-
-¡No llores, Himawari-chan!- le pidió Lee, llorando a lagrima viva, haciendo que Gaara lo quedara mirando, mientras Shukaku se cubría la cabeza para no mojarse tanto.
-Tsch- bufó Kurama, al lado de sus ocho hermanos- Mocosa, deja de hacer escándalo-pero la niña continuó llorando, fastidiándolo más.
-Es una buena niña- sonrió Matatabi.
-Es mi mocosa, ¿qué esperabas?- la miró Kurama.
-Mm...- empezaron a preocuparse sus hermanos.
-¡Serán unos...!-
-¡Yo no quiero que Macaco-chan, Minina-chan, Lento-oniichan, Luciérnaga-chan, Corcel-chan y Tierna-chan se vayan-dattebasa!- pataleó Bolt- ¡Tampoco quiero separarme de Pulpo-oniichan y Gordo-baka!
-Bolt, tienen que regresar a sus hogares- le sonrió Naruto.
-¡Eso somos nosotros-dattebasa!- gritó enojado el pequeño, sorprendiendo a los Biju- ¡Kurama-chan, diles que no se vayan!- le pidió al sorprendido zorro.
Kurama lo miró, bastante sorprendido. Realmente, el pequeño Bolt siempre le daba unas sorpresas...
-Deja de ser tan quisquilloso- le pidió, dejándolo algo amurado-... No es como si ya no los fueras a ver-agregó, mirando para otro lado.
-¿Eh?- se sorprendió el rubio.
-¿Vamos a verlos de nuevo?- preguntó Sarada, de la mano con su madre, quien sonrió.
-Tenlo por seguro- le sonrió Matatabi.
-Tsch...- bufó Son, mirando para otro lado.
-Son Goku- lo llamó molesta Matatabi, asustándolo levemente.
-... Está bien...- murmuró fastidiado el mono, notando como Kurama lo miraba serio- ¡Escucha, niña!- señaló a Sarada, extrañándola- ¡Más te vale no cambiar! ¡Sino te las verás conmigo!-
-Oye... ¿Qué clase de despedida es esa?- le preguntó Isobu, con una gota en la cabeza. El mono bufó, molesto.
Sarada sonrió y asintió, dándose cuenta que, aunque no lo quería admitir, el mono de cuatro colas le tenía confianza.
-Lo prometo, Macaco-chan- le dedico una cálida sonrisa al Yonbi, sorprendiéndolo, y haciendo que mirara para otro lado, rascándose la mejilla, algo sonrojado.
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¡Vamos a hacer una visita, Kurama-chan!
أدب الهواةSin saber "por qué", los Biju sienten que deben reunirse. Kurama no es el único que siente ese llamado, por lo que viajará a Isla Tortuga con Naruto y su familia para encontrarse con "sus hermanos", esperando que sus "dos mo...