En alta mar

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Naruto, Bolt y Himawari sonrieron encantados, en cambio Kurama tenía un tic en el ojo, y Hinata sonreía nerviosa.

La familia Uzumaki estaba en el puerto, frente al barco de madera que los llevaría a Isla Tortuga, y la comitiva que los despedía. Lo que ponía nerviosos al zorro y a la mujer de pelo negro era el acompañante que tendrían...

-¡¿Listos para una aventura?!- pregunto Rock Lee, levantando el pulgar, mostrando el brillo de sus dientes.

-¡Sí~!- gritaron padre e hijos.

"No..." pensaron Kurama y Hinata, uno fastidiado y otra nerviosa.

-Espero que tengan un buen viaje- sonrió Kakashi.

-¿Lo tendrán con Lee de guardaespaldas?- preguntó Tenten, sosteniendo la silla de ruedas de su sensei.

-¡Lee!- lo llamó Gai- ¡Recuerda, mantén los dos ojos en los pequeños! ¡SON LOS QUE TIENEN LA JUVENTUD RECIÉN FLORECIENDO!-le recordó, levantando su pulgar.

-¡SÍ! ¡NO FALLARÉ, GAI-SENSEI!-aseguró Rock Lee, con la misma pose.

-¡Ese es mi muchacho!-se conmovió el maestro.

-¡Gai-sensei!-se conmovió el aprendiz.

Y se fundieron en un abrazo fraternal lleno de lágrimas, empapando a Tenten.

Instintivamente, un fastidiado Kurama le tapó los ojos a Himawari, quien tenía en sus brazos a su inseparable peluche de sapo, mientras Naruto y Bolt aguantaban las lágrimas. Hinata contuvo una risita nerviosa.

-Nos veremos, Naruto-niichan- se despidió Konohamaru, chocando palmas con el rubio.

-¡Sí!- asintió contento el adulto.

-Denle un saludo de nuestra parte a Bee-san- le pidió Kakashi a Hinata, quien sonrió, mientras sus dos retoños asentían sumamente contentos- Contamos contigo para protegerlos, Kurama- le sonrió al zorro, quien lo quedó mirando, fastidiado.

-Mocoso, que últimamente hayamos hablado mucho no significa que tienes el derecho de dirigirte a mí con ese tonito amistoso, ¿escuchaste?-

-Si... Lo siento- se disculpó el Hokage, con una gota en la cabeza- Es solo que no suelen gustarme las formalidades, especialmente con la gente de la aldea-se excusó.

Kurama se dio cuenta que el peliblanco le señalo su banda negra. Bufó molesto.

-Estos mocosos...- eso le causó una risita al Hokage.

El zorro lo miró molesto, y prefirió buscar a su mocosa entre la multitud, ya que Bolt estaba con el padre. La encontró al lado de Hinata, que se despedía de sus amigas, hablando contenta con el mocoso de piel pálida...

Un tic se apareció en los labios del zorro.

-... Pronto florecerán, y sé que a Himawari-chan le gustan mucho- sonrió Inojin.

-¡Sí~!- asintió contenta la pequeña, abrazando su peluche de la emoción- ¡Ya quiero ver los girasoles de tu casa!-

-Y cuando regresen, te regalaremos uno por ser tan buena niña- le prometió Ino.

-¡¿De verdad?!- se alegró más la niña.

-Mi mamá tiene razón. Eres una buena niña- aseguró Inojin. Himawari sonrió contenta.

-Oye, Hinata, realmente nuestros pequeños hacen una buena pareja, ¿no crees?- le preguntó la rubia a la pelinegra, haciendo que ella se sonrojara del shock.

Las orejas de cierto zorro se movieron levemente.

-¿Q-Qué dices, Ino-san?- le preguntó algo alterada Hinata- Himawari e Inojin-kun son solo niños...-

¡Vamos a hacer una visita, Kurama-chan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora