Capítulo 3

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—¡Ahí estás! Harry, te he estado buscando por todas partes.

Harry se puso rígido por el sonido de la voz de Jasmine, pero educadamente, cambió sus rasgos a una máscara de amabilidad suave y se volvió hacia ella.

—Jasmine, querida. —Tomó la mano que ésta le ofrecía y le besó el dorso de sus dedos enguantados.

—Estaba admirando la... la vista. —Lanzó una mirada subrepticia al muchacho desconocido, pero seguía con la mirada fija en su regazo.

—¿Vista? Son millas y millas de agua, Harry. No hay nada para ver. Creo que odiaría vivir cerca del agua. —mencionó Jasmine, con una expresión de aburrimiento extremo. —Papá dice que hay mansiones preciosas en Park Avenue, sería un buen sitio para vivir.

—Jasmine, voy a ser un socio junior en Haversham y Finley, no estoy seguro que vayamos a tener los medios para vivir en el gran ejemplo de estilo.

Jasmine lo interrumpió con un gesto desdeñoso de la mano.

—Oh, papá nos va a comprar lo que yo le pida. Si yo quiero vivir en el Park Avenue, lo haré.

El mismo sentimiento enfermizo que Harry había sentido antes, rugió de nuevo. No era suficiente que Dess lo hubiese vendido al mejor postor, encima de eso tener que ser manejado por su prometida, era más de lo que Harry podía aceptar.

Se mordió los labios, sabiendo que de hacer lo que deseaba, enviaría a llorar con su madre a esta mujer que apenas soportaba.

—Vamos a ver, Jasmine. No quiero estar aún más en deuda con tu padre desde antes del principio de nuestro matrimonio. —dijo finalmente, pero Jasmine se echó a reír.

—Oh, Harry, no seas absurdo. Nunca vas a liberarte de las deudas con mi padre. Él te está dando a su hija menor, aún cuando sin dudas ésta se merece un marido de una posición social más alta de la que ustedes disfrutan actualmente. —Ella metió la mano entre su brazo y le acarició la mejilla.

—No pongas esa cara, sabes que es verdad. Ahora, ven, mi padre y el tuyo quieren presentarnos al señor Straus, él es dueño de algún tipo de tienda en Nueva York y al parecer es bastante rico... ha prometido recomendarnos un agente inmobiliario que nos mostrará propiedades en los mejores barrios.

Harry sintió ganas de vomitar y fue solo por su gran fuerza de voluntad que pudo mantener su máscara amable. Antes de que Jasmine, que seguía hablando sobre Park Avenue y mansiones en los grandes barrios, pudiera llevarlo lejos, miró sobre su hombro al joven que había capturado su imaginación.

Este lo miraba con una expresión curiosa, pero antes de que pudiera descifrarlo, Jasmine lo había apartado.

. . .

El Titanic echó el ancla frente a la costa de Irlanda a las 11:30 am y de pronto se le unieron dos naves pequeñas de donde se transportaron algunos pasajeros más y grandes bolsas de correo con destino a Estados Unidos.

Louis se quedó observando por largo rato, para grabar todo lo visto en su diario, pero cuando sonó el clarín para el té de la tarde, se vio obligado a dejar el libro y la pluma y a bajar de la cubierta.

Se encontró a Zayn y Taylor en la sala de la sección fumadores de la tercera clase, jugando a las cartas. Viendo que no podía interrumpir su jugada, se fue en busca de otras formas de entretenimiento, encontrándose con la biblioteca del barco.

Sin poder creer su buena fortuna, Louis se detuvo antes de entrar en la habitación. A pesar de ser más liberal que la mayoría de los barcos de la época, el Titanic todavía conservaba una estricta separación entre las clases, y con su billete de tercera, Louis estaba bastante seguro que esa preciosa habitación no era para el deguste de los pasajeros de su clase.

Titanic: Love Will Remember (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora