Capitulo 6: El chico del Hielo

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          Nota:  Chicas, como seguramente no todas sabrán a que canción me refiero en este capitulo (viene mas adelante XD) les voy a dejar el video en el multimedia ;D Espero que disfruten el capitulo :)

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   La chica estaba sentada sobre el amplio marco de la ventana, observando las vastas planicies de hielo que se extendían fuera del taller. Era un paisaje agradable, tan bello como peligroso, lleno de escabrosas montañas y empinadas cuestas.

    Se encontraba inmensamente aburrida. No faltaba mucho para que se cumplieran veinticuatro horas desde que Hada y Conejo se habían ido a vigilar el Palacio de los Dientes y la Madriguera, respectivamente, ambos con uno de los tres radios que los yetis habían armado. Norte tenía el último.

    Ahora se arrepentía por la forma en que había dividido a los guardianes, pues en el Polo permanecieron, además de ella, Norte, Jack y Sandman, supuestamente para tener mejor "vigilado" el Taller, que sería el lugar más propenso a ser atacado. El chico era un autentico torbellino. En todo ese tiempo no había hecho otra cosa que curiosear entre las mesas de ensamblaje de juguetes y molestar a los yetis.

    La chica movió la cabeza hacia el interior del taller para ver donde estaban los tres guardianes restantes. Al único que podía ver era a Jack.

    En ese momento se encontraba sentado con las piernas cruzadas sobre la alfombra roja del salón, frente a la chimenea del taller, a unos cinco metros de la posición de Lilly. Su cayado descansaba sobre el suelo, a un lado de él. Se veía muy entretenido jugando con una pequeña guitarra de plástico que los yetis se habían visto forzados a darle para que los dejara trabajar.

    De la guitarrita salían cortas melodías cada vez que Jack presionaba uno de los botones de colores que tenía en el frente. Melodías que se repetían una y otra veces si cesar.

¿Cuándo se agotaran las baterías?, se preguntaba la chica, frustrada.

– ¿Dónde están los demás?– dijo dirigiéndose al chico.

– Norte está supervisando el trabajo de los yetis y Meme no soporta los ruidos como este – Jack presionó uno de los botones al azar y el juguete reprodujo la música correspondiente, una melodía similar a la de "Martinillo".

    Lilly puso los ojos en blanco. Volvió su vista hacia la ventana. Estaban en esa época del año en la que el Sol no se oculta en el Polo. La blanca planicie permanecía sin cambios, iluminada por los tenues rayos solares.

¿A quién podría agradarle un ruido como ese?, se preguntó la chica ante la ingenuidad del joven guardián. En ese momento, una idea cruzó como rayo por su mente.

– ¿No soporta esos ruidos? – volvió a dirigirse al chico.

    Jack negó con la cabeza.

–Ninguna clase de ruidos que sean muy estruendosos. Lo aturden, se pone nervioso. Es como... si se bloqueara por completo – le explicó.

Bingo, dijo para sí. Acababa de averiguar el punto frágil de uno de los guardianes.

    Se asomó nuevamente a la ventana. Daemon ya debería de saber que ella estaba en el Polo, y no debía de tardar en enviar un ejército de brujas. Pero, ¿por qué aun no llegaban? La chica empezaba a irritarse.

    Y los ruidos del juguete de Jack no la ayudaban a tranquilizarse. Sentía que estaba a punto de explotar. Quería gritarle al chico que se callara de una buena vez y la dejara pensar, pero no tenía el valor para hacerlo. No viéndolo ahí sentado, tan entretenido con un objeto tan sencillo.

Rise of the Guardians: The Key of HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora