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Carolina se levantó de la cama, como ya era costumbre se arregló para después vestir a su pequeño hijo. Lo tomó entre sus brazos delicadamente para no despertarlo. El pequeño solo se removió. Carolina sonrió al verlo. Amaba al pequeño como nada mas en la vida.

— Vamos dormilón, debemos ir al trabajo — aunque no hubo respuesta, si hubo un pequeño quejido por parte del niño.

Carolina rió y dejó al bebé en su cama para comenzar cambiando su pañal y después ponerle uno de los cambios de ropa que Amanda le había regalado. Al ponérselo Carolina pudo notar como dentro de unos días mas ya no le quedaría, Gastón crecía de una manera increíble cada semana, y eso que apenas tenía cinco meses.

Al terminar dejó al pequeño quien había vuelto a dormir en su cuna para arreglar las cosas del mismo. Metió pañales, toallas especiales para el pequeño, algunas papillas, unas mamilas con leche en polvo dentro de ellas y algunos juguetes para entretener al pequeño.

Colgó en su brazo izquierdo la pañalera del bebé y lo volvió a cargar. Dio una pequeña mirada al reloj que había en su mesita de noche. Tenía tiempo de desayunar, pero preferiría irse caminando para ahorrar ese día el dinero que gastaría en pedir un taxi.

— ¿Ya te vas cariño? — Amanda estaba en la cocina terminando con su desayuno. Ella se había encargado de ayudar a Carolina después de que había abandonado Argentina.

— Si, nos vemos en la noche — Carolina cubrió con una cobija a Gastón y abrió la puerta.

Amaba mirar a su pequeño, era tan parecido a Agustín. Justo en ese momento recordó al mencionado chico. ¿Qué habrá sido de Agustín? se preguntó en su mente. Esperaba que tanto él como Sofía estuvieran felices y fueran la familia feliz que siempre Sofía había deseado. Miró nuevamente a su pequeño, algún día le tendría que explicar lo que había pasado con su padre, ¿pero que era lo que diría? Que la culpa era de ella por haberse apartado del camino.

— Ey guapa — los lugares donde trabajaba no eran uno de los mas seguros de México y eso le preocupaba. Se aferró mas a Gastón y apresuró su paso tratando de huir de quien sea quien la había llamado.

Unos minutos mas tardes ya estaba llegando aquel restaurante. La dueña del lugar la saludó con amabilidad y tomó al pequeño en sus brazos; ella solía cuidarlo para que Carolina pudiera trabajar. Por suerte Carolina tenia una jefa demasiado buena y que la había ayudado desde el momento en que la vio entrar con una enorme panza de siete meses.

— ¿Dónde esta el bebé mas hermoso del planeta? — preguntó Valentina, hija de la dueña, quien también tenia un gran aprecio por Gastón.

— Iré a trabajar — habló Carolina colocándose su delantal.
— Hola linda —  Lionel, el hermano de Valentina y también hijo de los dueños del restaurante la saludó. El chico solía coquetear con Carolina, aunque ella jamás le había hecho caso, aunque le costara aceptarlo aún sentía algo muy fuerte por Agustín, el pequeño la hacía recordar ese sentimiento cada vez que lo veía.

— Hola — devolvió el gesto. Tomó una de las libretas donde ponían los pedidos y se dispuso a comenzar con su trabajo.

(...)

El pequeño Gastón no dejaba de llorar, Valentina había tratado de calmarlo, pero no había funcionado. La situación comenzaba alterar un poco a los comensales y Carolina estaba desesperada por no poder hacer algo. Había mucha gente y solo eran dos chicas atendiendo las mesas, así que no podía tomarse un pequeño descanso para atender a su hijo.

— Yo te ayudo, ve con Gastón — Carolina asintió y dejó la bandeja en manos de Lio.

Carolina se apresuró a caminar hasta el final del local, donde solía quedarse Valentina, o la madre de la misma, solían ir y cuidar al pequeño.

Buscando a Papá (BAM#2) | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora