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— Esta es la última — Carolina cerró la última maleta que había empacado con sus cosas y las de Gastón. Llevarían todo a casa de Agustín para ya mañana tomar su vuelo y regresar a Buenos Aires.

— ¿En serio te irás de nuevo? — Amanda había estado ayudando a su sobrina con las maletas, y ahora era el momento en el que se pondría sentimental. Sabía que debía dejarla, pero no quitaba el hecho de que nuevamente se sentiría sola.

— Si, te voy a extrañar mucho — se unieron en un abrazo.

— Te quiero mucho mi niña — Amanda ya se encontraba con las lágrimas en sus ojos.

— No llores, o también lo haré yo — al separarse Amanda secó sus lágrimas y puso su mejor sonrisa — Te prometo que vendré a visitarte.

— Eso espero.

— Ya subimos todo — Agustín entró junto con Sofía.

— Entonces, creo que ya es hora de irnos — Amanda asintió. Nuevamente sus lágrimas no tardaron en salir. Carolina se volvió acercar para abrazarla.

— Cuidala mucho eh — le dijo a Agustín, el sonrió y asintió, claro que lo haría.

— ¿Podrías llevar esa última maleta?, yo iré por Gastón — Carolina señaló la maleta que estaba sobre la que era su antigua cama, Agustín la tomó y salió del pequeño departamento.

— Te espero abajo — dijo antes de salir. Carolina se acercó para tomar a Gastón en sus brazos, pues el pequeño seguía durmiendo. Por suerte no logró despertar.

Después de una corto y rápida despedida Carolina, junto con Gastón y Sofía salieron del departamento en dirección al auto de Agustín que de encontraba a unos metros de la entrada.

Después de subirse al auto y arrancar en rumbo al departamento de Agustín. Sofía notó algo en su boca, uno de sus dientes se encontraba algo flojo, comenzó a moverlo con su lengua y una extraño cosquilleo sintió en sus encías. Una pequeña, pero audible risa salió de su boca, provocando que sus padres volverán para ver que era lo que sucedía.

— Ya soy una niña grande — habló Sofía con una sonrisa orgullosa en sus labios. Ninguno de los dos entendía que era lo que sucedía, a que venía su comentario.

— ¿Por qué lo dices? — preguntó Carolina. Sofía abrió su boca y con uno de sus dedos movió aquel diente flojo.

— Se me va a caer mi diente — Agustín miraba todo desde el espejo retrovisor con una mirada llena de orgullo; el que Sofía comenzara a mudar de dientes solo lo hacia pensar en el que su pequeña pronto dejaría de serlo.

(...)

Al llegar al departamento de Agustín bajaron una de la de las maletas de Carolina, solo para pasar aquella noche, pues al día siguiente partirían rumbo a Buenos Aires.

Sofía subió a su habitación para guardar sus cosas, mientras Agustín, Carolina y Gastón estaban en la cocina, ese día Caro prepararía algo para comer, pero aún no decidían que.

— ¿Entonces que puedo hacer? — preguntó Carolina. Ella sostenía a Gastón en brazos, el pequeño ya estaba despierto, pero se mantenía tranquilo jugando con el cabello de su madre.

— Porque no mejor comemos otra cosa — una sonrisa pervertida salió de los labios de Agustín. Las mejillas de Carolina se tornaron color carmesí y golpeó levemente de hombro de él con su mano.

— ¡Agustín! — chilló soltando un pequeño grito.

— ¿¡Qué!?, sabes que tu también lo quieres — la tomó de la cintura acercándola a él. Carolina sonrió levemente, Agustín se acercó para darle un beso apasionado en sus labios.

Buscando a Papá (BAM#2) | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora