2

12.1K 903 309
                                    

Era la segunda vez que Sofía estaba oculta en su habitación. Los gritos de sus padres solían perturbarla. Estaba agotada de tantas discusiones y seguía esperando el momento en que Caro regresara para que la abrazara y le dijera que todo estaba bien.

La pequeña solía arrepentirse en haberle dicho a su padre que prefería a Karina como su madre. La mujer ni siquiera la trataba como su hija, solía gritarle diciéndole que la irritaba. Sabía que si hubiera elegido a Caro ahora los cuatro estarían mejor, si, aún recordaba el pequeño hermano que tenía. Deseaba conocerlo, pero parecía imposible; ella estaba al tanto de como Agustín contrataba a personas para que le dieran alguna pista de donde podían estar Carolina y el bebé, pero parecía que la tierra los había tragado.

Un tanto cansada de los gritos tomó a su oso de peluche y se fue acostar a su cama. Iba a dormir, pues solo así podría soñar en la vida perfecta que hubiera tenido.
Por otro lado Agustín estaba enfadado por lo que Karina le acaba de decir. Él ya sabía que la chica solo los había buscado para conseguir dinero de él, no tanto por el amor que había jurado declararle a Sofía.

Lo había separado de de la mujer que amaba y también de su hijo, ni siquiera tuvo la dicha de conocerlo, solo supo que sería un varón.

— Vete por favor y no vuelvas a buscar a Sofía o a mi — él estaba herido, mientras ella lo miraba con una sonrisa arrogante.

— No me voy hasta que me des el dinero que te pedí — al menos la cantidad que había solicitado no era tan elevada, pero Agustín no quería hacerlo — Además, por un dinero extra puedo darte una pista sobre donde esta la chiquita esa y su bebé — Agustín la miró directamente a los ojos, no estaba seguro de que ella dijera la verdad, pero tampoco estaba seguro que no querer obtener aquella pista.

Tal vez pudiera encontrarlos. Pudiera pedirle perdón a ambos por no haber luchado por ellos un poco más.

— ¿Cómo sé que no mientes? — preguntó Agustín. Karina sonrió de oreja a oreja y sacó de su bolso un sobre.

— Para Agustín de Amanda — leyó las palabras que se encontraban detrás del sobre — ¿Acaso esa Amanda no era la tía de Carolina? — preguntó, aunque ella sabía toda la verdad, lo había hecho desde el momento en que se había propuesto sacarle dinero. Abrió el sobre y sacó la carta que había — Mm que interesante, tiene una foto — Agustín no dudó un segundo en acercarse y tratar de arrebatarle la carta y la fotografía.

Ella fue rápida y se alejó. Volvió a colocar la carta en el sobre y lo guardó en su bolso nuevamente.

— Y tengo dos más — habló con arrogancia. Agustín estaba que hervía de la rabia. Tenia las manos hechas puños y su mandíbula estaba tensa.

— ¿Dónde las conseguiste? — preguntó.

— Es increíble el destino. Llegaban mientras tu trabajabas, yo solo me encargué de colocarlas en un buen lugar.

— ¿Cuánto quieres?.

— El doble de lo que te pedí.

(...)

A las pocas horas ambos salieron de la habitación donde Agustín solía hacer su trabajo. Karina salía con un sonrisa y un cheque con una gran cantidad de dinero en las manos.

— Será mejor que me despida de mi querida hija — habló subiendo las escaleras, Agustín no le iba permitir que le hiciera mas daño a su hija, así que fue detrás de ella tratando de detenerla.

— No te atrevas hacerle daño — le advirtió Agustín, pero ya era tarde ella había cerrado la puerta de la habitación de Sofía con seguro.

La pequeña estaba dormida con una sonrisa en sus labios, estaba teniendo un sueño donde Carolina y su hermano estaban junto a ellos. Estaban disfrutando de un día en la playa y todos tenían una sonrisa. Su sueño fue interrumpido cuando Karina la movió para que despertara.

Buscando a Papá (BAM#2) | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora