Las alas de Morfeo se desplegaron rápidamente, miró hacia atrás y observó a su padre preocupado. El dios le asintió a su hijo y le dedicó una sonrisa dudosa.
Morfeo se sentía inseguro, pero al mismo tiempo sentía una fortaleza nacía desde lo más profundo de su ser, salvar a Lucero iba a permitirle por fin asegurarse que la preparación durante años no había sido en vano. Enfrentarse a Fobétor no era cualquier cosa, el "dios" de las pesadillas era muchísimo más que un simple sueño o una mala experiencia. Su medio hermano podía tomar la forma que quisiese, ya sea de humano o de animal, Fobétor podría transformarse en tu mejor recuerdo o en tu peor miedo, él podía aplastarte cuando quisiese, pero había algo que Fobétor nunca había podido ganar y era el poder de Morfeo sobre los seres humanos. Tal vez el dios de los sueños no tenía la misma facilidad de transformación que su hermanastro, pero sí tenía la posibilidad de atraer.
¿Qué atrae más? ¿Un cachorro o una tarántula? El noventa por ciento de la población elegiría un cachorro, dándole más posibilidad a Morfeo, pero la minoría elegiría a la tarántula, dándole poder a Fobétor, incluso sin darse cuenta.
Morfeo guardó sus alas al tocar el suelo, su transformación a humano fue rápida, en unos segundos ya había dejado de ser un dios para ser Damon.
Los ojos de Lucero eran dos platos a las cuatro de la mañana, el doctor la había obligado a dormir muy pocas horas para conservar sueño y poder realizar la polisomnografía con más facilidad. A la chica no le agradaba para nada tener que dormir en un hospital, su padre había logrado convencerla diciéndole que después de hacer los controles, iba a regalarle el último libro de Harry Potter, el último que faltaba en su colección.
En la tarde del Jueves el timbre de la casa sonó, Lucero casi se arrastra hasta la puerta debido a que la falta de sueño ya estaba comenzando a afectar en su organismo, pero sus ojos se abrieron enormemente al ver a Damon parado al otro lado de la puerta.
Una sensación de tranquilidad inundó el organismo de la chica, aunque quisiese estar enojada con Damon por desaparecer durante días y no haber recibido ni un mensaje, no podía hacerlo. A pesar de conocer al chico durante un poco tiempo, Lucero confiaba en él más de lo que en realidad hubiese deseado.
Los brazos de él buscaron los de ella. Sin dudarlo Lucero recibió ese abrazo con muchísimas ganas y con un deseo incontrolable de permanecer ahí durante un largo tiempo.
Las manos de Damon viajaron por unos momentos mientras acariciaba la espalda de ella, sintiendo cómo poco a poco lograba acercarse a Lucero, ganando territorio y conectando con cada segundo que pasaba.
─ Lo siento. ─ Dijo él en su oído. ─ Realmente lo hago.
Ella asintió al separarse de Damon.
─ ¿Qué te sucedió?
Los dedos de la mano izquierda de Lucero viajaron al lastimado cuello de Damon, acariciando por sobre sus cortes y moretones.
─ El perro de mi vecina me atacó hace unos días, fui a llevarle algunas cosas a la anciana y su perro no es muy amistoso.
─ Dios mío, Damon. ¿Te hizo muy mal?
─ Me atacó por todos lados. ─ Sonrió de lado. ─ Creo que no fue una muy agradable experiencia, pero de todas formas mis heridas ya están sanando.
Lucero levantó la tela de la espalda de Damon y ahogó un grito al ver los cortes ahí también.
─ Damon. ¿Estás seguro de que fue un perro? Puedes confiar en mí.
Él asintió, lamentaba tener que mentirle a ella, pero no podía decirle "no, no fue un perro, resulta ser que soy Morfeo y mi medio hermano maligno me atacó".
─ ¿Por eso desapareciste estos días?
─ Mi mamá no me dejó salir de casa por las heridas, podían infectarse y estaba histérica. Y si te cuento qué pasó con mi móvil vas a reírte.
─ ¿Qué hiciste con él?
─ Lo metí en un lugar... extraño.
─ ¿Baño?
─ Lavadora.
─ ¡Damon! ─ Lucero rió. ─ ¿Cómo pudiste?
─ Es que estaba apurado y lo metí ahí sin darme cuenta.
─ ¿Intentaste ponerlo en arroz? Dicen que absorbe el agua.
─ Intenté, esperaba que algún chino venga en la noche y lo arregle, pero no funcionó.
Lucero rió y Damon se acopló a ella.
─ ¿Tienes sueño? ─ Dijo después de verla bostezar varias veces. ─ Parece como si hubieses dormido mal.
─ Tengo que guardar sueño, en la noche me hacen los controles del sueño.
─ ¿Cómo te mantienes despierta?
─ Ahora mismo estaba viendo dibujos animados, pero ya me harté.
─ ¿Tienes cartas?
─ Sí, creo que mi madre las conserva en el cajón de la cocina.
─ Vamos a jugar.
Lucero le enseñó a Damon un juego que sus abuelos le habían enseñado, aunque ganó tres partidas, dejó que él gane la cuarta.
─ No tiene sentido que me dejes ganar.
─ No te dejé ganar, simplemente jugué peor. ─ Replicó ella. ─ Es que me daba lástima verte perder tanto, Damon.
─ Para la próxima tendré más práctica y verás.
Lucero hizo burla de las palabras de él y removió el té que tenía frente a ella.
─ Entonces ¿qué sucederá si algo sale mal en los controles?
─ El médico dijo que pueden llegar a medicarme.
Y así fue como Morfeo comenzó a perder plumas de sus alas y su mandíbula casi se estrella contra el suelo.
¡Hola! Perdón por tardar tanto. No tenía inspiración.
Les dejo una foto de cómo pueden imaginar a Lucero. La actriz es Hannah Murray. Es preciosa y muy buena actriz ♥
Si quieren pueden seguirme en twitter: singwithteddy
Alguien tuvo la genial idea de hacerle una cuenta de Twitter a Morfeo/ Damon, así que ahí va: therealmorfeo
Espero les haya gustado el capítulo.
Si pueden compartir con sus amigos, me ayudaría muchísimo.
Gracias muchas.
China x.
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La última batalla de Morfeo. |EN PAUSA HASTA MARZO|
Teen FictionMorfeo, también conocido como el dios de los sueños, tiene que enfrentarse a una de las misiones más difíciles, una misión para la cuál viene preparándose hace años: enfrentarse a su hermano. Su padre viene preparándolo hace años, su madre teme por...