Miraba todo a su alrededor. Todo seguía igual, menos él, se sentía como un extraño que visitaba por primera vez aquella casa. Sabía que ese lugar estaba lleno de recuerdos, pero en ese momento no podía evocar uno en concreto, no uno grato.
La última vez que estuvo ahí se repetía una y otra vez, viéndose a sí mismo, aquel recuerdo lo dejaba como una triste sombra que observaba lo que antes fue.
Estar allí le resultaba incómodo, se sentía fuera de lugar, una pieza que no encajaba, ese ya no era su hogar. Él era diferente, quizá ya era tarde para cambiar. Miró con una vieja añoranza la fotografía en el marco negro que descansaba en la mesa de centro.
No escuchó los pasos acercándose por detrás, su atención era prisionera de la belleza que presumía aquella fotografía.
La sonrisa de aquella mujer jamás la podría olvidar,
la sonrisa de su mamá.
—¿Qué haces aquí? —la pregunta estaba llena de reproche.
Se giró, notando cuánto había cambiado el hombre frente a él en tan poco tiempo. Las arrugas en las esquinas de sus ojos eran más notables, el pelo grisáceo, la piel pálida, vestía formal, una camisa celeste y unos pantalones beige, con un cinturón negro rodeando su cintura. Impecable. Esa palabra lo definía.
La postura de Sebastian no cambió, cruzado de brazos observando con altivez, no podía evitar ver el rostro de su hijo sin sentir un amargorque le revolvía el estómago.
Él se vio reflejado en Sebastian, quién permanecía callado esperando una respuesta, la dureza en su actitud hizo que él bajara la mirada avergonzado, no pensó en cuanto le afectaría el volver y afrontar aquella parte de su pasado.
—Volví —repitió aquella escueta respuesta que le había dado a su tía.
—¿A qué?, creí que te había dejado claro que no quería volverte a ver...
—Lo siento —interrumpió—, lo siento, yo... Sé que lo estropeé, lo sé, solo lo si-ento.
No sabía qué más decir, las palabras quedaban atoradas en su garganta, quería decir mil cosas y a la vez sabía que nada cambiaría sus acciones, y que esas palabras valdrían nada. No sabía cómo arreglarlo, pero confiaba en que valdría la pena intentarlo.
⬅⚪➡
Cuatro años atrás.
La sorpresa apareció en el rostro de Sebastian al entrar a la habitación de su hijo, guiado por extraños sonidos. No esperó encontrarlo desnudo jadeando sobre el cuerpo de una chica, inmediatamente imaginó que era ella, planeaba comenzar a gritar cuando un rostro extraño se develó, de inmediato la sorpresa se convirtió en furia, su mirada se desvío a un par de botellas de alcohol que brillaban en las mesas de noche, no debía ser un genio para identificar aquel espeso y molesto olor. No cuando ese ya era un constante motivo de discusión.
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No fui yo, fuiste tú quien falló
Short Story«Atte:La que un día fue tu amiga, la cual perdiste al convertirla en tu novia, quien ahora es solo tu exnovia». ------------------------------------------------------------- Registrada en Safe Creative Me plagias y te demando wexd Créditos a @Ang3B...