«Atte:La que un día fue tu amiga, la cual perdiste al convertirla en tu novia, quien ahora es solo tu exnovia».
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Me plagias y te demando wexd
Créditos a @Ang3B...
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Una extraña emoción recorría su cuerpo, había pasado tanto tiempo, aún estaba asustado, algo tan simple como palabras lo ponían a sudar, ya no eran niños, ¿cómo podía llamarla? Ella, solo era Ella, no era capaz de pronunciar su nombre sin sentir que lo mancillaba.
Lo notó, incluso padeciendo aquel dolor, compartiendo aquella perdida, ella estaba completa. No tenía aquella mirada vacía, que recordaba ver en sus últimos días juntos. La que él cargaba desde hace años.
Ella había logrado recorrer el camino, poniéndose de pie en cada caída, sin importar los golpes, la sangre derramada, se levantaba. Él seguía arrastrándose, una caída fue suficiente para vencerlo. Decidió no volverse a levantar por miedo.
Había una luz en sus ojos que no le permitía hundirse en el dolor. Una luz que él anhelaba.
Bajó la vista siguiendo el vaivén que realizaba su mano derecha sobre su vientre, no podría estar más impactado.
—Lo lamento, lo siento mucho. —Lo abrazó y por un momento sintió que el tiempo no había pasado, se sintió despertando de un sueño pesado—. Lo siento.
Al verse separado de aquella calma se dio cuenta que la pesadilla continuaba, seguía cayendo.
—Está muerto. —Muerto, muerto, muerto, estaba muerto y no podía creerlo, no quería entender lo que significaba.
—Está feliz —habló con tal seguridad que para él fue imposible no creerla—, desde que la tía Abril murió él fue una pieza incompleta.
—Lo sé —las palabras salieron de forma brusca—, y yo lo culpé por su muerte —susurró desviando su mirada al lugar donde su padre descansaba.
—Te perdonó por eso hace mucho tiempo, no vale la pena lamentarse. —Se sentía hipnotizado, entre la bruma de dolor su voz era un soplo esclarecedor—, estuviste a su lado los últimos años.
—Estás... embarazada —afirmó con duda en su voz, esperaba un "no, solo estoy gorda", rio ante ese pensamiento.
Asintió sonriendo y se vio a sí mismo imitándola, había extrañado esa expresión en su rostro.
—Sí, tengo tres meses. —Tocaba su vientre con ternura, estaba enamorada de esa personita.
—Y-o, felicidades —tartamudeó sin poder apartar la vista de su mirada, la misma que tenía de niña limpia, pura, era feliz y le dolió admitirlo, había esperado ver odio, dolor, era un bastardo pero cualquier reproche era mejor que sentir su desapego.
La mano de Elise le dio un apretón intentando llamar su atención.
—Ella es Elise, mi prometida.
Aún con las manos entrelazadas las levantó, mostrando la delicada sortija con el diamante. No pudo evitar sentir remordimiento, vergüenza.
Se sentía incorrecto, como un canalla restregándole en la cara algo que ambos planearon tener.