No me laves el auto

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- Oye, chico. No te conozco, y normalmente no me importaría que lavaras está cosa. Pero mi madre es una obsesiva con la limpieza y sólo por un poco de polvo o lo que sea me hará lavarlo de nuevo ¿puedes apiadarte de mi?- le supliqué, ya no sabía cuantos días había estado lavando el auto.

- ¿Lo haces por tu mamá?- el tipo ni siquiera parecía del tipo de gente que se ponía a lavar parabrisas en las avenidas, tenía la apariencia de un adolescente normal de clase media.

- Si.

- Bueno, es hora de rebelarte- y lo volvió a hacer - Tu madre necesita relajarse y tú también.

- Pero... - el cristal estaba completamente manchado, me deje caer sobre el volante y el claxon comenzó a sonar - no con el cepillo de dientes de nuevo...

- Mira, mi nombre es Fran, al menos ya sabes a quien maldecir. Ahora siéntate bien, la luz ya está en verde y todos los conductores se están volviendo locos por el ruido- hice lo que me pidió y pisé el acelerador.

Tal vez sólo era mi mente imaginando cosas, pero creo haberlo escuchado decir mi nombre.

- Adiós Dawn.

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Decidí publicar todos las partes que tenía guardadas.