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No lo vi hasta una semana después, creo que se sentía avergonzado. Y solo nos encontramos porque de nuevo tuve que ir por mi hermano a su colegio, a pesar de todas las cosas penosas que decía resultó ser bastante tímido. 

Ambos llegamos unos minutos antes de que todo el mundo saliera, cuando llegué lo vi recargado en una pared mirando continuamente a su celular. Carraspeé un poco para llamar su atención y eso hizo que me diera una sonrisa incomoda la cual correspondí. Me posicioné a su lado sin hacer ruido.

- Así que...

- Lo del otro día...

Los dos hablamos al mismo tiempo, nos miramos y reímos de nosotros mismos; eso rompió el hielo y la tensión que había en el ambiente se fue haciéndolo mas ligero.

- Dilo tú- me concedió Fran.

- Solo iba a decir que hacía tiempo que no nos veíamos, por tiempo quiero decir que solo fue una semana pero tu entiendes. ¿Y tú?-pregunté.

- Quería decir que gracias a ese beso, que obviamente me robaste, estamos técnicamente casados en otras culturas y ademas que debes hacerte responsable por robarte mi inocencia.

Me reí de nuevo atrayendo la mirada de las personas que estaban en el lugar, duré así un momento hasta que me di cuenta de que Fran no reía en lo absoluto y tenia un semblante serio.

- Eso te lo inventaste.

- No, no lo hice.

- Si, lo hiciste.

- ¿Por qué crees que todo lo que digo es de broma?- tomó su celular para enseñármelo, estaba en Internet mostrándome varias paginas de dudosa procedencia y veracidad. Después salió y se metió a su bandeja de entrada donde pude ver un mensaje que aún no enviaba- Mira, incluso estaba a punto de decírtelo.

Leí con atención lo que ponía.

Dawn, tu beso me preñó, ven y hazte cargo de lo que me hiciste. Con amor de tu futuro esposo, Fran "El lobo". 

<3

- ¿Que clase de ridículo apodo es ese?

- No es ridículo, Caperucita- dijo haciendo alusión al supuesto complejo que tenia- Bueno, tal vez lo de dejarme preñado es obviamente mentira y lo de estar casados también, pero definitivamente me haz hecho algo, deberás de tomar la responsabilidad.

La campana de la escuela sonó por lo que dirigí mi mirada a la puerta principal- Mínimo te hubiera besado en serio, para el escándalo que haces pareciera que te metí mano- dije distraída. Los niños comenzaron a salir, Collin era un poco alto para su edad y Lynn llamaba mucho la atención, no tardaría en encontrarlos. Regresé mi vista a Fran y lo descubrí estando sorprendentemente cerca de mi.

- Pues si quieres un beso...- se inclinó para alcanzarme pero di un paso hacia atrás, no estaba en mis planes que algo así sucediera, o al menos no era tan desvergonzada. Eso creo.

- Apuesto que lo escribiste en tu diario- lo molesté un poco, él se sonrojo y pasó una mano por su cabello desordenado- Apuesto que lo escribiste y rodeaste de corazones.

Eso seria lindo. 

Se cruzó de brazos y sonrió un poco, Fran estaba a punto de replicar pero una voz lo detuvo.

- ¿Están coqueteando frente a una escuela secundaria, degenerados?- dijo Lynn, Collin venia con ella. Mi hermano me miraba de una forma muy graciosa.

- Por supuesto que si- respondió descaradamente el rubio.

- No, no lo hacíamos- intenté hacer que no pensaran mal las cosas.

- Si, incluso mencionaste algo de besarme y meter tu mano en lugares no aptos para personas menores de dieciocho años, pero oye, si tu quieres mantenerlo en secreto yo también.



No me laves el autoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora