No me laves el auto

18

-Te escribí un poema.- habló Fran de la nada a mi lado, estábamos en mi casa desde la sala viendo estudiar a nuestros hermanos, ¿por qué? porque no quería que Lynn se aprovechara de mi Collin.

- No, no lo hiciste- negué riéndome de él.

- Pues no, pero pensé en hacerlo, ¿no dicen por ahí que la intención es lo que cuenta?

- No creo que funcione de esa manera...- me pegué un poco mas a Fran mientras buscaba algo interesante para ver en la televisión, de vez en cuando vigilaba que la pequeña rubia hija de satanás no intentara nada indecente. Pasaron unos cuantos minutos, fue entonces que noté el brazo de Fran por encima de mis hombros abrazándome a él.- Espera un momento, ¿qué estamos haciendo?

- Yo veo la televisión, ¿tú qué estás haciendo?

- No me refiero a eso, Fran.- me alejé de su lado yendo hasta el otro lado del sillón, el rubio parecía extrañado por mi comportamiento-. Eres un extraño que conocí en un semáforo. Y no solo eso, eres un extraño que conocí en un semáforo mientras semi limpiaba el parabrisas de mi auto.

- ¿Y?- preguntó sin entender mi punto.

- Estoy en el sillón de mi sala, en mi casa, acurrucada con un extraño que conocí en un semáforo.

- Mira Dawn, sigo sin ver el problema en ésto. No soy un extraño, somos super mejores amigos.

- Por siempre- añadí-, super mejores amigos por siempre.

- No solo clavas un cuchillo en mi corazón, sino que también le das vueltas antes de sacarlo. Y no solo eso, también le echas sal a la herida.

- ¿Qué?

- No, nada, decía que...- se detuvo a pensarlo un momento, luego se acercó a mi y aunque intenté alejarlo no pude evitar que literalmente se acostara encima y me abrazara.- Uy, no se me ocurrió ninguna excusa así que mejor me propuse invadir tu espacio personal, ahí disculpa mi atrevimiento.

- Mira, te dije que ya se estaban manoseando.- Escuché decir a Lynn, quise levantarme para agredirla pero su hermano no me dejó.

- Fran, suéltame.- pedí amablemente.

- Ámame.- murmuró.

- ¿Qué?- volví a preguntar. De nuevo se quedó en silencio, esperé para ver que me diría. 

- No se me ocurrió nada otra vez. 

- Ay, super amigo por siempre.

- Auch, mi corazón.