Side Story: Point of View

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Definitivamente no esperaba perder en la verdadera carrera por la presidencia, la que sin problemas se llevó gran parte de su tiempo libre durante los últimos meses. Cuando la voz del presentador anunció el nombre de Kim DongYoung en vez del suyo claro que todo se tornó un poco negro, mientras veía al resto aplaudir emocionadamente y al ganador recibir las ovaciones con un profesionalismo que era poco menos que envidiable.

Sin embargo, la decepción duró poco y fue rápidamente reemplazada por alegría sincera, sin ni una gota de resentimiento. Lo único que quedó fue un pequeño rastro de desazón porque probablemente su madre no se lo tomaría muy bien cuando llegara a casa ese día, pero ya encontraría la forma de recibir cartas de recomendación para la universidad. Con sus notas no sería difícil; DongYoung apenas le ganaba por un pelo.

De nuevo, no era una motivación para estar frustrado o triste, y la razón en un hecho muy simple que de cierta forma le terminó por convencer que, incluso si perdía, siempre existían motivos para sonreír.

Y ese era...

—...sin ti apoyándome hubiese sido todo más difícil.

...la forma en que YoonOh le sonreía tan sinceramente a DongYoung, y viceversa. No pudo evitar sonreír también desde los metros que les separaban, porque el par de amigos parecía estar en su propia burbuja de celebración, ajenos al revuelo que se vivía tras bambalinas después de la finalización del evento. Se fijó más en la mueca de felicidad de YoonOh, con los hoyuelos marcados en sus mejillas que le conferían un aire más dulzón, y entendió por qué le parecía tan familiar de cierta forma.

Rememoró el recuerdo tan similar a la escena que tenía frente a sus ojos; recuerdo que aún se conservaba aún fresco en su mente, a pesar del año y pocos meses que le separaban ya.

———

—¿Qué haces mirando por la ventana?

Casi terminó por escupir la coca-cola por la pregunta abrupta de su madre, y se giró apenas en la silla que le hacía juego al escritorio de color negro en el cual se apoyaba su computador, esta vez, apagado. De haber estado encendido habría sido más fácil decir que era normal desviar la vista de vez en cuando hacia la ventana que se encontraba ubicada justo detrás de la pantalla de este, pero se encontró imposibilitado para mentir convincentemente.

—Eh...

—De seguro estás pensando en una chiquilla, ¿verdad? —rodó los ojos ante la sonrisa cómplice de su madre, y a pesar de que negó repetidamente con la cabeza su actitud no desapareció—. Solo asegúrate de que sea una buena candidata para casarte, ya sabes que-

—¡Mamá! ¡Tengo quince años! —reclamó, riendo con ella. Su madre, siempre risueña, solo se encogió de hombros— Además apenas llevamos un par de meses en Corea, todavía no hablo bien el idioma como para saludar siquiera sin dudar si lo dije bien o mal. Aparte, ¿ya mencioné que tengo quince años? ¡¿Quince?!

—Con quince o con treinta, tienes que conseguirte una linda muchacha, Kun. Después de todo eres un excelente candidato para cualquiera —intentó zafarse de sus dedos con uñas laboriosamente decoradas de color rojo pero fue imposible; su madre le pellizcó de las mejillas antes de irse y fingió quejarse aunque la sonrisa se ensanchó en su rostro.

Los pasos de su madre resonaron apagadamente al alejarse, y solo cuando no percibió su presencia se atrevió a volver a mirar por la ventana. Prendió el computador solamente como una excusa creíble por si su progenitora volvía a verle así, embobado en lo que sucedía afuera.

Apenas llevaba un par de meses lejos de su tierra natal, pero ya tenía mil teorías acerca de qué sucedía con el chico que vivía en una pequeña casa justo en la calle de atrás de la suya, a quien podía ver gracias al ángulo que le daba la ventana de su habitación. Le conocía solo de vista, tal como le reconoció casualmente también en el mismo instituto al que asistía; lamentablemente, debido a que se encontraba un curso más arriba del suyo no tenía oportunidad de entablar una conversación con él sin que se viese un tanto desesperado. Es que a decir verdad, su "vecino" —indirecto, pero cercano a la vez— se veía como una persona interesante, distinta. Y le llamaba la atención, pero por un motivo muy particular que definitivamente no era el mejor de todos.

You're Mine // JaeDo - DoJae - NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora