Un hombre vestido con una camisa blanca desabrochada, una chaqueta negra por encima de esta, pantalones oscuros y sin zapatos se encontraba frente a un lago subterráneo. Su mirada estaba fija en el agua, inmóvil. Una fina niebla cubría la superficie del lago, una niebla creada por el hombre que estaba sentado frente al agua. Movía los dedos con rapidez, creando nubes traslúcidas que empezaron a correr en el aire por encima del agua. En hombre se atusó el bigote y la perilla algo encanecida y se echó el grasiento pelo hacia atrás. Cerró los ojos y respiró. Olía a libertad.
Aún sentado en la piedra junto al lago subterráneo, cogió todos los collares que había en el suelo y empezó a metérselos por la cabeza hasta que los siete quedaron colgando sobre su tatuado pecho. Después cogió los anillos y empezó a metérselos en los dedos. El último que cogió era de plata y un nombre se podía leer en el interior: Elyse Cooper. El hombre agarró el anillo con fuerza y sacó una cuerda del roído bolsillo de su chaqueta. Metió la cuerda por el interior del anillo de plata, hizo un nudo para atar los dos extremos y se puso el nuevo collar sobre el pecho.
Entonces el agua empezó a agitarse y miles de burbujas empezaron a aparecer en la superficie, como si algo monstruoso estuviera soplando desde el fondo. Entonces el agua se dividió en dos grandes muros, y en lo más profundo del lago se pudo apreciar una puerta por la que aparecieron andando Sapientem seguido por el jorobado hombre-lobo Cannien. El enjoyado hombre que estaba en la orilla del lago alzó la mano como saludo y los dos magos salieron del agua sin haberse mojado ni una gota. Entonces los dos muros de agua cayeron de nuevo y el lago volvió a quedarse como estaba.
-Veo que ya has encontrado tus afectos personales, Deceptio...
Deceptio asintió y se levantó de la roca mientras se ataba los botones de su camisa. El hombre se puso frente a Sapientem y Cannien sin decir palabra.
-Has envejecido, Cooper... -dijo entre carcajadas el hombre-lobo jorobado.
La envejecida cara de Deceptio, un hombre que había llegado a los cincuenta años hacía pocos días, puso cara de asco y dijo:
-¡Cállate, perro cojo!
-¡No vuelvas a llamarme eso, desgraciado! -dijo el hombre-lobo con enfado.
-¡Siempre igual! -gritó de repente Sapientem- ¡Disfrutemos del momento, nos hemos vuelto a reunir después de tantos años!
Cannien miró a Deceptio con algo de rencor y Deceptio dejó entrever en su cara una sonrisa pícara.
-Pensé que mi hijo estaría aquí... -dijo.-Estuvo aquí... -contestó Sapientem- Hace menos de cuatro días. Gracias a él pudimos rescatarte...
-¿Gracias a Adler? -preguntó impresionado Deceptio- No, tengo entendido que fue el hijo de Nelson Gretsch quién os abrió el Portalio...
-Bueno, si, pero fueron tu hijo y el mayor de los Gretsch quien involucraron al joven chaval a hacerlo...
-Bien, bien... -Deceptio sonrió y dejó ver sus relucientes dientes de oro- Y dime, Sapientem, ¿es mi hijo buen mago?
-No lo sé, Deceptio. Creo que tu hermano Frank no envió a Adler a Bónum Dómum cuando Adler era pequeño...
La sonrisa de Deceptio desapareció de su cara.
-¿Qué? ¿Frank no envió a Adler a Bónum Dómum? ¡Es el único sitio donde los magos pueden aprender a hacer magia!
-Lo sé, pero se lo prohibió. Está claro que Adler es un mago, y aparenta ser uno muy bueno, pero no ha recibido enseñanzas por ello. Debe ser entrenado si quieres que se una a nosotros... -dijo Sapientem con una mirada pensativa.
-Tenías que haberle retenido, Sapientem... -Deceptio frunció el ceño- Podría haber sido de gran ayuda si hubiera estado en nuestro poder. Ahora... Ahora estará siendo camelado por las ideas del maldito Bonitatio...
-Si, tienes toda la razón, el director de Bónum Dómum estará apoderándose del chico. Pero no te preocupes, Deceptio, pronto tu hijo estará bajo nuestro poder...
-Eso espero, Sapientem. Sino... sino... -Deceptio se hizo con las palabras adecuadas y dijo- Sino le ocurrirá lo mismo que ocurrió con su madre...
La sangre de Sapientem se heló. Deceptio se giró y se acercó a la orilla para seguir creando aquella traslúcida niebla que iba y venía volando por toda la cueva.
-Es un hombre misterioso... -dijo con un tono bajo el hombre-lobo Cannien.
Sapientem sonrió levemente y dijo:
-Si... es un hombre misterioso...
Deceptio Cooper
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ADLER COOPER 1 : y el Misterio de la Espada Desaparecida
Teen Fiction"Adler Cooper y el Misterio de la Espada Desaparecida" es el primero de una serie de libros de magia, romances, aventuras y fantásticos giros de trama que harán que te enganches a la historia desde el primer capítulo. El primer libro cuenta la histo...