Dos

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Natalie había estado estresada el último par de semanas. El embarazo no la había tenido bien. Las náuseas no la dejaban en paz ni un segundo. Ya ni siquiera podía tomar café y eso era aún peor. Nick, su esposo trataba de hacer las cosas fáciles para ella, primero él dejó de tomar café, y luego, cuando a ella se le complicó comer por las mañanas Nick decidió que ambos comerían galletas saladas.

Ella era feliz con la vida de casada que llevaba, tenía una casa con un jardín trasero que sería perfecto para su futuro hijo.

Ella pensaba que sería un niño, su instinto se lo decía, incluso, a pesar de sólo tener cuatro meses ya había pensado en unos cuantos nombres. Le gustaba el nombre de Nick pero ya estaba tan utilizado. Su esposo se llamaba de esa manera, al igual que su suegro y su abuelo. 

Natalie se detuvo en la puerta cuando un dolor la hizo temblar. Se estaba asustando, el bebé no lo estaba haciendo fácil. La había obligado a dejar la escuela y mantenerse en casa. Ella amaba la idea de su embarazo, pero también deseaba seguir saliendo de compras o simplemente yendo al cine.

Su cuñada Sara estaba en el piso de arriba probablemente buscando entre sus libros. Ambas eran amantes de la lectura y siempre estaban prestándose sus libros. Eso se había convertido en un habito desde que comenzó a quedarse en casa.

—¡Sara! —gritó Natalie cuando no soportó más el dolor. Sara bajó inmediatamente y sin dudarlo la ayudó a ponerse de pie y la llevó hasta el auto.

Natalie trató de comunicarse con su marido por el resto de la tarde después de que le dijeran que iba a quedarse en el hospital para que pudieran controlarla a ella y al bebé.

Sus padres llegaron y luego sus suegros, pero ninguno le dio señales de Nicolás.

++

Alexander, el hermano mayor de Nicolás, tocó la puerta de la casa de su hermano sin recibir respuesta. Su auto se encontraba ahí, incluso la reja de entrada estaba abierta. Tocó una vez más y luego buscó su llave extra. Nicolas se la dio en caso de que Natalie necesitara algo, aunque era sin lugar a dudas no era ella la que estaba en problemas.

Nicolas y él se llevaban sólo dos años, y eran muy diferentes. Alex se parecía a su madre mientras que su hermano era el vivo retrato de su padre. Sara, que era la melliza de Nick, era una mezcla de ambos hermanos.

Abrió la puerta y ahí estaba su hermano. Alexander se arrodilló junto a él y revisó su pulso. Él estaba estudiando medicina y sabía perfectamente bien lo que debía hacer.

Su pulso estaba débil por lo que llamó a una ambulancia y rezó durante todo el tiempo para que su hermano menor estuviera bien.

El doctor Nolan, especialista en tumores cerebrales y cirugía, le dio la mala noticia a la familia Navarro. Él había tratado a Nicolás Navarro hijo desde que tenía seis años y comenzó con los dolores de cabeza,  ahora él volvía asentir la angustia en su operación. Sólo que por primera vez, tuvo miedo de los resultados, lo había visto crecer y no le gustaba la idea de verlo morir.





Es corto, todos los capítulos lo son pero soy nuevo en esto, lo siento. Espero les guste y disfruten de la lectura antes de que lleguen las lagrimas.

Cuando las hojas caen [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora